Liberia. Anhelo cumplido. Las trillizas liberianas nacieron “pochotonas”, tal como lo pidió su padre la noche antes de que llegaran al mundo.
A las 8:17 a. m. de ayer se escuchó el primer llanto; los otros dos surgieron con solo un minuto de diferencia entre cada uno. Rashany, Rashery y Rakhishel Padilla Rivas inundaron de alegría la sala de cirugía del hospital Enrique Baltodano, en Liberia, Guanacaste.
Ellas son las primeras hijas de Elieth Rivas, de 19 años, y Wílliam Padilla, de 23. El alumbramiento se dio por cesárea y es el tercero de triates que se da en la sede hospitalaria de la Ciudad Blanca.
Justo ayer se cumplieron las 32 semanas de gestación (siete meses), por lo que las pequeñas tendrán que permanecer al menos 22 días en incubadora. Mientras, la joven Elieth se recuperaba anoche.
“Fue un parto sin complicaciones, la madre está bien y es posible que se le dé la salida el domingo o el lunes”, dijo el ginecólogo que practicó la cesárea, Walbin Sánchez.
La primera en nacer fue la más pequeña: Rashany Gabriela, quien pesó 1.100 gramos y midió 40 centímetros. La siguió Rashery Patricia, quien alcanzó los 1.600 gramos y midió 42 centímetros. Y la última fue Rakhishel Francini, con 1.500 gramos de peso y 40 centímetros.
“Las bebés están estables. Durante el embarazo se les dio un medicamento para estimular el desarrollo de los pulmones. Ahorita tienen asistencia de oxígeno, pero es lo normal”, comentó el pediatra Olman Pérez.
En los primeros tres meses del año nacieron tres grupos de trillizos. El 2 de enero llegaron al mundo Andrés, Daniel y Felipe Jiménez Vargas en el hospital México. Tres días después vinieron Hugo, Francisco y Efraín Zamora Barrientos en el hospital de Grecia, Alajuela. Su madre también tiene 19 años.
Llanto y más
A las 7:45 a. m. la joven madre ingresó a la sala de cirugía de la mano de su compañero. Él la dejó en la puerta y se fue a esperar con el resto de la familia.
En un pasillo, justo en la entrada de visitas, las madres y abuelitas de la pareja comieron ansias.
“Es que estoy muy preocupada. De hecho, no dormí nada en toda la noche”, dijo la madre de Elieth, María Segunda Calderón. Desde las primeras horas de la mañana soltó el llanto y solo se tranquilizó cuando le dijeron que sus nietas estaban bien.
Ella vive en Desamparados, San José, pero aseguró que ahora nada la hará regresar a su casa.
“Yo me quedo con mis nietas y mi esposo se viene para acá apenas encuentre trabajo”, comentó doña María.
Más serena, la madre de Wílliam, Marta Padilla, solo acató a rezar en silencio por “mis bebés”.
Este es el segundo grupo de trillizos en la familia de Elieth. Hace 23 años una tía suya dio a luz tres varones, pero murieron en el momento del parto.