San José
Pese a que el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) otorgó el aval para que se realizara la largarteada anual en Ortega de Bolsón, Santa Cruz de Guanacaste, ahora un funcionario de la entidad recomienda evaluar no dar más permisos para esa actividad. Lo hace después de que muriera el cocodrilo hembra capturado ayer por 24 largarteros.
Francisco Ramos, administrador del refugio de vida silvestre Cipancí, firmó este sábado un comunicado en el que expone las posibles causas de la muerte de la hembra de cocodrilo de 3,7 metros y afirma que, a raíz del deceso del animal, "se debe replantear la conveniencia" de la lagarteada.
"Debido a lo acontecido, se debe replantear la conveniencia de permitir en lo sucesivo esta actividad que, aunque fue avalada por su valor cultural por una resolución de la Sala IV, desde el punto de vista bioético y de bienestar es inaceptable, así como por la Ley de Conservación de Vida Silvestre", concluyó el funcionario.
El animal capturado el viernes fue depositado en una pileta en el centro de Ortega de Bolsón durante la tarde de este viernes. Según el Minae, los propios organizadores de la lagarteada alertaron, al amanecer de este sábado 15 de abril, de que el reptil hembra murió durante la madrugada.
Las autoridades ambientales decidieron no hacer una autópsia al cadaver del cocodrilo porque ya habían pasado varias horas desde su muerte, cuando llegaron al sitio. Empero, manejan con fuerza la hipótesis de que el animal murió a causa de una indigestión que le provocó vómitos, los cuales no pudo expulsar al tener el hocico amarrado. Esa situación le habría provocado que broncoaspirara los desechos que no pudo expulsar.
Según el Minae, ese cuadro lo pudo haber provocado el estrés que sufrió el cocodrilo durante su captura.
"Existe alguna información de parte de los locales que lo manipularon, de que el animal comió en la madrugada, porque se encontró (sic) restos de comida en la boca y que aparentemente se puede asociar con vómito producto del estrés de la captura y estar inmovilizado, con la boca tapada y lo cual pudo ser la causa de una bronco aspiración", se lee en el informe que hizo circular Francisco Ramos durante la tarde del sábado.
Tanto la alcaldesa de Santa Cruz, María Rosa López, con el organizador del evento, Álvaro Cascante, negaron que la intención de la lagarteada sea provocarle sufrimiento a los cocodrilos que capturan los lugareños como parte de una tradición anual que data de por lo menos hace 200 años.
La prueba de esto, dijo Cascante, es que es la primera vez que una lagarteada acaba con la muerte del animal que capturaron.
No obstante, el activista pro derechos de los animales, Juan Carlos Peralta, rebate esos argumentos.
Peralta, quien preside la Asociación para el Bienestar y Amparo de los Animales (Abba Animal), calificó como "una barbaridad" que este tipo de actividades que implican cierto grado de estrés para los animales gocen del permiso del Minae.
"Quienes consideran que en la ley que estamos tratando de aprobar -proyecto de ley 18298 o Ley de Bienestar de los Animales de Costa Rica- no se tenían que incluir los animales silvestres, acá tenemos una prueba de porqué sí se deben inlcuir. ¿Cómo SINAC (Sistema Nacional de Áreas de Conservación) y Minae autorizan una cosa de este tipo? Son las cosas que ellos deberían de aclarar", señaló.
Los organizadores del evento lamentaron la muerte del cocodrilo que capturaron, pues afirman que es un símbolo de su pueblo y de su cultura.