"Ana" tiene 30 años y una figura estilizada a corte de bisturí y rutinas de gimnasio.
Con sus aires de modelo suramericana -es mitad venezolana; mitad colombiana-, esta mujer ha convertido el coqueteo en su mejor arma. Así ha logrado mantenerse en un mundo tan competitivo como la oferta de servicios sexuales a turistas.
El hotel Del Rey -antiguo anexo del hotel Costa Rica, cerca del parque Morazán (San José)- es el epicentro de un mercado sexual al que acuden visitantes de todas partes del mundo.
El centro de hospedaje tolera la presencia de las trabajadoras del sexo, pero no participa en sus negocios ni las promociona.
De ahí que las autoridades no hayan encontrado conductas contrarias a la ley.
Las mujeres (por noche llegan más de un centenar entre ticas, colombianas, dominicanas y algunas de los países del este europeo) trabajan de forma independiente, al tiempo que sirven como gancho para atraer visitantes.
El inglés Timothy Hodgson (69 años) y el estadounidense Gregory Michael Ruzicka (57) integran el consorcio propietario del hotel, que ha venido expandiendo sus actividades para incluir un casino, cuatro bares y un restaurante. Esos negocios están dentro del hotel o en las cuadras aledañas.
La oferta de entretenimiento se complementa con pantallas para observar canales deportivos, mesas de billar y hasta un salón de baile con música en directo.
Boca a boca. Paúl Chaves, jefe de la Dirección de Investigaciones Especializadas (DIE, Ministerio de Seguridad Pública), consideró que el hotel "tiene la reputación que quiere... y además es gratis".
"Desde los años 90, el hotel Del Rey se convirtió en una figura emblemática en ese tema (turismo sexual). Las mujeres son agentes libres que funcionan como un foco de atracción.
"El hotel no hace publicidad al respecto. La promoción es de boca en boca por parte de quienes han estado en el lugar", explicó Chaves.
Diversos foros de Internet dan cuenta de ello.
Ahí supuestos huéspedes del hotel hablan de Costa Rica como "las Naciones Unidas del Sexo" , "el paraíso de los fornicadores" o la "Tailandia del patio trasero de los Estados Unidos".
La página de Internet Flamingo Link se refiere al hotel y a uno de sus bares como "los primeros lugares de encuentro de San José, especialmente para hombres solteros que buscan muchachas y actividades nocturnas".
De paso recomienda "no llevar niños a este hotel".
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI), la Dirección de Migración y Extranjería, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), la Municipalidad de San José y la DIE han efectuado inspecciones, pero no han detectado anomalías.
A las mujeres solo se les exige tener cédula y consumir algo en los establecimientos.
De la actividad se benefician, además, algunos hoteles cercanos que cobran a sus huéspedes entre $10 y $30 extra por llevar acompañantes a las habitaciones.
"En ese hotel (Del Rey) lo que se presenta es una libre entrada de las trabajadoras del sexo. En el país la prostitución de mayores de edad es legal; la intermediación no", indicó el ministro de Turismo, Rodrigo Castro Fonseca.
Interés turístico. El hotel Del Rey cuenta desde el 6 de mayo de 1992 con la declaratoria de interés turístico y desde el 1.° de abril de 1994 tiene patente de casino.
Por ese derecho paga cada trimestre ¢990.000 al Ministerio de Hacienda. También el bar Key Largo tiene declaratoria turística, concedida el 8 de marzo de 1983.
La Nación intentó conversar con el director administrativo del hotel, Édgar Marín.
Aunque en principio aceptó la entrevista, a mitad de semana dijo que ningún personero daría declaraciones.