
Mientras que en1996 se les jaló las orejas por su desempeño, en 1997 los diputados corrigieron el rumbo y mejoraron su imagen ante los miembros de la prensa nacional.
De 57 periodistas que fueron consultados, entre el 9 y el 17 de diciembre por La Nación, el 49,1 por ciento calificó el desempeño de los diputados como bueno, y el 3,5 de cada 100 comunicadores, como muy bueno. El 26,3 por ciento consideró la gestión como mala, y 15,7 puntos porcentuales, como muy mala; el 5,2 por ciento no respondió.
Las buenas percepciones de los periodistas coinciden con la valoración positiva que estos tuvieron sobre la tramitación de varias iniciativas, entre ellas la reforma a la Ley de Bienes Inmuebles y la aprobación del proyecto que destina el 6 por ciento del producto interno bruto (PIB) a la educación nacional.
Se aplaudió también la tramitación de leyes para atender el problema de la deuda interna, la aprobación de la Ley de Mercado de Valores y la reforma al Poder Judicial, que incluye las leyes de Código Procesal Penal, Código de Familia y Ley Penal Juvenil.
Esta fue la edición14 de la encuesta entre periodistas que hace La Nación, en la cual se consulta sobre la gestión del Poder Ejecutivo y los principales jerarcas. Este es el segundo año en el que se incluyeron preguntas sobre la Asamblea Legislativa.
El año pasado, la prensa nacional criticó la politiquería de los diputados, los excesivos viajes y los recesos. Al calificar la gestión de 1996, el 46,9 por ciento dijo que era regular; el 43,9 la juzgó entre mala y muy mala y solo el 7,5 opinó que era buena.
Al igual que el año anterior, los comunicadores calificaron como mejor diputado durante1997 al liberacionista Ottón Solís Fallas, quien recibió el mayor número de menciones: 46 periodistas. Además de él, aparecen como mejores legisladores el socialcristiano Gonzalo Fajardo, los liberacionistas Antonio Alvarez, Francisco Antonio Pacheco y Saúl Weisleder, así como el minoritario Gerardo Trejos.
No tan buena
Pese a que el resultado del sondeo anual entre periodistas mejoró la imagen de trabajo de los congresistas respecto a 1996, esta vez también se encontraron yerros. Se censuró su ausentismo, se calificó de excesivos los viajes y las vacaciones que tuvieron durante 1997 y se les reprendió por no ratificar proyectos como la reforma a la Ley de Concesión de Obra Pública y la regulación de las partidas específicas. (Detalle de las críticas aparte.)
A finales de diciembre los diputados se aprobaron unas vacaciones de 52 días, que comprenden las fechas de Navidad y Año Nuevo y un mes y una semana para dedicarla a la campaña electoral. Ellos ya se habían asignado dos semanas de descanso en setiembre último.
Entre mayo de 1995 y noviembre de1997 gastaron ¢150 millones en viáticos por viajes al exterior y efectuaron 326 salidas; los parlamentarios de la fracción oficialista viajaron 201 veces, los representantes de la oposición 111 y tres minoritarios salieron del país en 14 oportunidades.
En cuanto a las sesiones del plenario, los diputados no pudieron trabajar los jueves 15 y 29 de mayo ni el 5 y 19 de junio. Las jornadas de los días 6 y 26 de mayo y 12 y17 de junio no terminaron pues se rompió el quórum.