Ciudad Quesada. Los controles fronterizos de la Fuerza Pública arrojan resultados importantes en cuanto al decomiso de ganado, situación que a su vez revela el crecimiento de la ilícita actividad que existe entre Nicaragua y Costa Rica.
Solo el pasado fin de semana y lunes, la policía incautó en diferentes sectores de la zona norte más 200 reses y 10 caballos que, en su mayoría, presentan problemas de nutrición, entre otros problemas.
Todo esto se presenta en momentos en que la policía desplazó más oficiales a la frontera, pues según Édgar Hernández, director de la policía en esta región hay informes del Ejército de Nicaragua sobre el posible arribo de una importante cantidad de ganado robado.
Cerca de 285 oficiales de la policía de Los Chiles, Upala y San Carlos se mantienen en alerta y, además, salieron de sus puestos fijos para desplazarse a la zona limítrofe.
Reses y equinos
Sobre el decomiso de los caballos trascendió que cuatro indocumentados nicaragüenses fueron quienes los trajeron aquí.
Los animales permanecen en el Comando de Los Chiles, mientras los sospechosos fueron devueltos de inmediato a su país.
La noche del sábado la policía también decomisó, en Monterrey de San Carlos, 34 reses que eran transportadas en un camión. Estas iban hacia una finca de Florencia, propiedad de un hombre de apellido Calvo.
El presunto dueño del ganado manifestó a La Nación que los animales los había comprado en la subasta de Upala. Agregó que voluntariamente, se había presentado ante la Fiscalía para explicar lo sucedido.
En su finca fueron decomisadas otras 98 reses que aún permanecen en la propiedad. La investigación sobre el caso aún no ha arrojado mayor información, razón por la cual no se prevé una eventual devolución.
La Fuerza Pública también decomisó la madrugada del lunes, en el distrito de Monterrey, San Carlos, 12 cabezas de ganado sustraídas de la finca de Wílliam Moreira. Los cuatreros se dieron a la fuga cuando se percataron de la presencia policial.
La jefa regional del Ministerio Público, Alba Brenes, explicó ayer que la investigación de estos casos le fue asignada a tres fiscales, dos de San Carlos y uno de Upala.
Añadió que el contrabando ha tomado dimensiones preocupantes, sobre todo desde el punto de vista sanitario, pero resaltó la efectividad de los controles de la policía.
El problema empezó a crecer hace tres meses aproximadamente, cuando se crearon en la frontera varias redes de traficantes de ganado.
Según la policía, las bandas compran a finqueros de ambos países para así cruzar el ganado de un lado a otro.