Limón. Una dramática zozobra de 12 horas vivieron 13 marineros latinoamericanos en alta mar cuando navegaban hacia nuestro país, con 25 autobuses.
La embarcación zarpó el jueves, a las 2 p. m., del puerto de La Habana, Cuba, sin ningún contratiempo. “El clima estaba bien cuando salimos, pero es que en el mar no se puede presagiar nada y una tormenta nos tomó” desprevenidos, dijo el marinero colombiano Juan Acosta.
A bordo del barco, llamado Ocu, viajaban cuatro hondureños, dos colombianos –entre ellos el capitán Jorge Belalcázar–, cuatro panameños, un peruano, un ecuatoriano y un cubano.
Según los relatos de los propios náufragos, rescatados por la embarcación Dole Colombia, la odisea empezó el sábado pasado, a las 5:30 p. m., a unas 100 millas náuticas (182,5 kilómetros) de la Isla de la Juventud, Cuba.
Allí, el primer oficial del Ocu detectó que el barco –de unos 80 metros de largo– presentaba una inclinación de cinco grados. Por tal motivo se dio la alerta general.
Pero los 13 marineros nunca pudieron vencer aquellos vientos de hasta 60 kilómetros por hora que los golpeaba con olas de gran altura.
“Fue algo muy difícil, solo Dios nos sacó de eso. Es una historia dura de contar”, manifestó el hondureño Cristian Perdomo, tras arribar ayer, al mediodía, al puerto de Moín, en Limón.
Junto a este hondureño, oriundo de Puerto Cortés, llegaron los otros 12 náufragos. Solo tres de ellos requirieron ser valorados en el hospital Tony Facio, debido a algunos golpes sufridos.
Drama en la oscuridad
Pese a los intentos de la tripulación por retomar la posición correcta, la tormenta dificultó las maniobras. La emergencia empeoró durante la noche
“Todo se empezó a llenar de agua”, recordó Perdomo, quien en cierto momento pensó que moriría. “Solo dije: Hombre, tú me trajiste a este mundo y sabes cuándo me llevarás”, narró.
Las horas pasaban y los fuertes vientos y el oleaje no disminuía. A las 8 p. m. el capitán y su equipo comprendieron que no podían luchar más pues la inclinación a esa hora era ya de 30 grados.
Entonces se pidió ayuda a Miami, Estados Unidos, y desde allí se coordinó con dos barcos que estaban a 12 y 6 millas de distancia.
El Dole Colombia –que provenía de Estados Unidos– llegó al amanecer a la escena del naufragio y comenzó con las labores de rescate que se extendieron por al menos tres horas.
Ya que el buque estaba casi hundido, esto dificultó el traslado de los tripulantes, quienes abordaron dos botes de emergencia con gran cantidad de pertenencias. No querían perder nada.
A las 9:30 a. m. los náufragos abordaron el barco que los rescató de la muerte. Cinco horas después el Ocu estaba sumergido por completo en el Caribe.
De acuerdo con Manolo Villavicencio, de la agencia de vapores Humberto Álvarez –empresa encargada del desembarque–, el barco hundido pertenecía a la compañía Grupo Logístico Sermar.
Esta se encargaba del traslado desde Cuba de 25 buses que la empresa Bus Car adquirió.
Los 13 latinoamericanos descansaban anoche en el Park Hotel, en el centro de Limón, para viajar hoy a sus países de origen.