
Detrás de los triunfos electorales del presidente estadounidense, George W. Bush, en el 2000 y el 2004, estaba la figura de Karl Rove.
Este hombre de aspecto corpulento, rostro redondo, teléfono celular siempre pegado a la oreja y que parece estar en constante actividad, ha sido la mano derecha de Bush desde antes de que este fuera gobernador de Texas.
Se le considera uno de los responsables de la posición presidencial a favor de la derecha religiosa contra el matrimonio homosexual, contra la eutanasia y contra el financiamiento público a la investigación con células madre.
Pero también fue el centro de escándalos que golpearon a Bush, como la filtración de la identidad de la agente de la CIA, Valerie Plame, y el despido de seis fiscales.
Nacido en Denver, Colorado, el 25 de diciembre de 1950, se cuenta entre los cercanos colaboradores del clan Bush desde 1973, cuando era líder de los jóvenes republicanos de Texas en momentos en que George Bush, padre, dirigía el partido en ese estado.
En Texas profundizó sus conocimientos del marketing político con Lee Atwater, el perro de ataque de los republicanos.
En los años 80 preparó el terreno para la elección de George W. Bush como gobernador de Texas, lo que consiguió en 1994, y posteriormente el de su elección presidencial en el 2000.