
En las primeras 42 semanas de 2025 (10,5 meses) el Ministerio de Salud notificó 3.363 intentos de suicidio. Y podrían ser más, porque aunque este es un evento que debe notificarse ante el Ministerio, este solo recibe los atendidos por centros de salud y el sistema 911, pero algunos casos que se manejan en el hogar u otros centros podrían pasar desapercibidos.
Estas autolesiones son más comunes en mujeres, que figuran como víctimas en dos de cada tres (2.196, el 65%). Si se observa según la población, el problema afectó a 84,5 por cada 100.000 mujeres, en los hombres la tasa fue de 45. La diferencia es grande si se toma en cuenta que el promedio de ambos sexos es de 64,5 por cada 100.000 habitantes.
“Lo cual confirma la tendencia consistente con años anteriores de que la mayor frecuencia es en mujeres”, cita el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud, difundido el viernes.
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Jóvenes, los más afectados por intentos de suicidio
Cuando se ve por edades, se evidencian dos grupos de edad preponderantes: los que los de entre 10 y 19 años. Es un problema eminentemente joven.
Entre los 15 y los 19 años la tasa está en 187,7 por cada 100.000 jóvenes de esa edad, casi el triple del promedio nacional (64,8). Entre los 10 y los 14 años es 2,63 veces el promedio, con 170,4.

“Los factores que subyacen son variados según los grupos de edad. Sin embargo, en adolescentes y jóvenes hay aspectos de peso como son presión académica, bullying, violencia intrafamiliar, redes sociales y falta de proyectos de vida son determinantes", señala Salud en el boletín.
En una entrevista anterior, Marcela López Bolaños, epidemióloga del Ministerio de Salud, manifestó: “la adolescencia es una etapa de mucho conflicto y donde muchos de los muchachos también están expuestos a diferentes factores como la violencia intrafamiliar, abusos y exposición a licor y otras drogas”.
No en todos los lugares impacta igual
Los intentos de suicidio varían según el lugar. El cantón de Palmares (Alajuela) tiene la tasa más alta: 168,5 por 100.000 habitantes, 2,6 veces el promedio nacional, “lo que indica un riesgo muy elevado en una población pequeña”, señaló el reporte.
Le siguen Osa (Puntarenas), con 149,3 por 100.000 habitantes, y Flores (Heredia), con 139,9.
“Estos datos muestran focos de riesgo localizados que requieren intervenciones específicas, especialmente en cantones con tasas muy superiores al promedio nacional (64,8)”, destacó el informe.
Otros cantones que destacan son Santa Ana (San José), Jiménez (Cartago), Abangares (Guanacaste) y Pococí (Limón).
“Existen factores que explican las tasas elevadas como son los socioeconómicos. Palmares, Osa y Abangares pueden presentar desempleo, pobreza y baja diversificación económica, lo que incrementa el estrés y la vulnerabilidad, así como un limitado acceso a oportunidades educativas y laborales que aumenta la sensación de desesperanza”, señaló Salud.
“Por otro lado, el acceso limitado a servicios de salud mental en zonas rurales o costeras donde puede haber menor cobertura de profesionales en salud mental (psicólogos, psiquiatras), lo que dificulta la atención temprana”, añade el documento.
¿Por qué es necesario estudiar los intentos de suicidio?
Son varias las razones por las cuales los intentos de suicidio son de declaratoria obligatoria y se estudian sus estadísticas.
“Registrar los intentos de autoeliminación en términos estadísticos y de salud pública es fundamental para visibilizar el problema, identificar los grupos vulnerables o con mayor exposición, evaluar su tendencia y factores de riesgo, propiciar mejoras en la atención y respuestas de los servicios de salud públicos y privados”, cita Salud.
Además, estas cifras sirven como fuente de información para la asignación de recursos y son vitales para reducir el estigma y visualizar el fenómeno desde una perspectiva de salud pública.
¿Cómo ayudar?

Si usted conoce a alguien que pasó por un intento de suicidio lo más importante es que no lo juzgue, pero también hay otros consejos que puede seguir. Estos son algunos brindados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Lo más importante es identificar señales de ideación suicida. Estas son algunas:
- Aislamiento social
- Falta de apetito
- Falta de interacción con los demás
- Cambios en los hábitos de sueño
- Cambios en el rendimiento académico o laboral
- Desprenderse de objetos personales, ya sea regalándolos a allegados o donándolos
- Publicar mensajes de despedida en redes sociales
- Decir frases como “quién sabe si te vuelva a ver”, “esta será la última vez que nos vemos”, “acuérdate de mí cuando ya no esté”, entre otras.
En estos casos, es necesario hablar de forma más directa con la persona.
“Escuche sin juzgar y ofrezca su apoyo. Hablar sobre pensamientos relacionados con quitarse la vida no causa suicidio”, destacó la OPS en un comunicado.
En el caso de los adolescentes, también es necesario que las familias estén pendientes, porque las redes sociales pueden activar detonantes para la salud mental.
Lo siguiente es aconsejar buscar ayuda de un profesional en psicología o psiquiatría. En ocasiones el miedo bloquea, ofrézcase a sacar la cita o a llevarlos hasta el lugar y luego de regreso a casa.
