Texto original publicado por La Nación el 27 de febrero de 1972.
Tobías Bolaños fue el primer aviador profesional costarricense. En 1914 su ambición de graduarse como piloto lo llevó a Francia. El primer aprendizaje lo recibió en el aeródromo de Buc, cerca de Versalles, pero para su graduación carecía de suficiente dinero. Para ello, se le solicitó ayuda al entonces presidente de Costa Rica, don Alfredo González Flores.
El primer certificado que obtuvo fue de piloto mecánico. Tobías comenzó a destacar poco a poco entre sus compañeros por el talento que demostraba en materia de aviación. Pero ese mismo años comenzó la I Guerra Mundial, el 2 de agosto de 1914. Allá estaba Tobías, y lo que metódicamente aprendía, de la noche a la mañana tuvo que practicarlo forzosamente entre balas enemigas y campos de lucha aérea.
El sueño de Tobías se estaba cumpliendo. Aviones, balas, lucha, heridas, maniobras, sangre, osadía... todo estaba revuelto en la Francia enardecida. Tobías venció un obstáculo difícil. Debido a la guerra había tenido que abandonar el aeródromo donde se encontraba, en vista de que no tenía grado militar. Pero luego de algunas gestiones, se le dio de alta y lo enviaron a Chalous.
En 1918, retornó a Costa Rica con su pecho envuelto en medallas y su pierna derecha mutilada.
En otras noticias:
Cuantioso botín en cámaras
Una apreciable cantidad de cámaras fotográficas y para tomar cine, fueron decomisadas a cierto comerciante en San José. En apariencia, todas las cámaras son de dudosa procedencia y los detectives creen que se pueden esclarecer una serie de robos que han ocurrido en residencias. No hay ninguna cámara de baja calidad entre las robadas. Los detectives Jiménez y Bauzid interrogaron al sospechoso con el objetivo de esclarecer los supuestos hechos delictuosos.
Milagro salvó a ministro irlandés
Nuevos atentados terroristas conmovieron ayer a la ensangrentada provincia de Irlanda del Norte, mientras un sector del proscrito ejército Republicano Irlandes (IRA) asumía la responsabilidad por el atentado contra el ministro del Interior, John Taylor, de 34 años, cuya supervivencia se atribuyó a “un milagro”. Taylor recibió seis disparos en el tiroteo registrado ayer en Armagh, dos de ellos en el pecho, pero se encuentra en el mismo estado que anoche, “sin peligro inmediato”.