La gasolina y el diésel que consumimos en el país tienen siete sustancias que causan enfermedades respiratorias y en el corazón. También el cáncer.
Es más, esos elementos aparecen en los combustibles en cantidades que no son aceptadas en Europa y Estados Unidos.
Entre esos, está el cancerígeno llamado benceno, que se usa aquí en la gasolina con un nivel cuatro veces mayor al permitido en las reglas de los países europeos.
Ese elemento es citado en estudios médicos como generador de leucemias (cáncer en la sangre) y linfomas (cáncer en el sistema linfático, que ayuda en la producción de anticuerpos).
El benceno es uno de los hidrocarburos presentes en la composición de la gasolina.
Otra de las sustancias es el azufre, que la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) incluye en el diésel con un 0,45 por ciento de peso.
Sin embargo, en 1997 el gobierno de José María Figueres Olsen decretó que para el 2003 debía reducirse a un 0,05 por ciento.
Como no se pudo bajar el contaminante, el Gobierno actual pospuso la meta para el 2008.
El azufre es un mineral venenoso para el humano. Las partículas en el aire pueden dañar el sistema respiratorio y cardiovascular (corazón y vasos sanguíneos). Además, tras la combustión del motor, el azufre se transforma en óxidos de azufre, uno de los componentes de la lluvia ácida que contamina las aguas.
La gasolina que Recope vende también tiene un químico llamado MTBE (Metil terbutil eter), que se usa para elevar el octanaje (calidad del combustible).
Sin embargo, es un potencial contaminante de los mantos acuíferos por lo que su uso ya fue prohibido en Estados Unidos.
Las otras sustancias son los hidrocarburos llamados olefinas y aromáticos, en las gasolinas, e hidrocarburos aromáticos y aromáticos policíclicos en el diésel.
Las partículas de hidrocarburos también son asociadas a daños en el sistema respiratorio.
En el país, cada día Recope vende 3 millones de litros de diésel y 2,5 millones de gasolina (súper y regular) para una flota de 695.578 autos.
Con esos 2,5 millones de litros de gasolina, se pueden llenar los tanques de 55.000 carros.
El más reciente estudio de calidad del aire reveló una tendencia al alza en las partículas contaminantes de San José y algunos puntos altos de óxido de azufre, pero no alarmantes aún. .
Otro informe sometido al Banco Mundial en 1997, estimó en $27 millones los gastos de la Caja del Seguro en atender enfermedades relacionadas a la contaminación.
Plantean límites
El uso de las sustancias señaladas en los combustibles no está regulado aquí. No hay ninguna norma que le diga a Recope cuál es el porcentaje máximo que puede incluir en el diésel y la gasolina. El único elemento que sí tiene parámetros es el azufre.
Para corregir esa situación, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) hizo un reglamento que reduce los contenidos a niveles más óptimos y en forma gradual. . Por ejemplo, plantea exigir que el máximo porcentaje de benceno sea de 2,5 por ciento de volumen en el 2004 y un 1,5 en el 2005, mientras que ahora no se toma en cuenta en los análisis de calidad. En Europa, se pide uno por ciento.
Muestras no oficiales de Recope, porque no son exigidas, indican que las gasolinas del país tienen 5 por ciento del cancerígeno.
Adolfo Lobo y Sandra Gallegos, de la dirección de Energía y Concesión de Obras Públicas de la Aresep, confirmaron que el reglamento ya está técnicamente listo. Solo falta la aprobación del regulador general, Hermann Hess, y del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, Recope se opone a la entrada de esa regulación.
Alega que solo podría reducir los contaminantes si tuviera lista la segunda fase de la modernización de la refinería de petróleo de Moín, que quedó inconclusa pese a una inversión de $61 millones.
La otra alternativa sería comprar en el exterior productos más limpios, pero alega que es un 30 por ciento más caro. .
Alcohol en la gasolina
En cuanto al MTBE, el viceministro de Ambiente, Manuel Bolaños, confirmó que junto al Ministerio de Agricultura y Ganadería se elaboró un proyecto para que Recope cambie el MTBE por alcohol de fabricación nacional a partir del año 2005.
Pero Recope también aduce que su manipulación no es tan fácil y que aún los precios están muy por encima del MTBE.
El MTBE fue el sustituto del plomo, que era muy contaminante y que el país quitó desde 1994.