Padró explicó que tuvo conocimiento por primera vez de la existencia de Espania cuando estudiaba en Francia y comprobó que, en una exhaustiva campaña de búsqueda de inscripciones en la montaña de Tebas, el Centro de Documentación para el Estudio del Antiguo Egipto había hallado dos grafitos antiguos de dos personajes que procedían de Espania, según la transcripción.
El egiptólogo localizó a Espania a 25 kilómetros al norte de Oxirrinco y cerca del río Yusef, uno de los brazos del Nilo, "en una población con una cultura bastante parecida, aunque ligeramente modificada por la influencia de la lengua árabe, en la que aparecen restos arquitectónicos y cerámica romana, sitio del que el Servicio de Antigüedades de Egipto no tenía noticia".