Tumores de hasta 20 centímetros de diámetro y con varios kilos de peso pegados al útero, terminan asfixiados cuando los médicos interrumpen el fluido de sangre que los hace crecer.
Eso es posible con las técnicas modernas de cateterismo, que hoy le dan la posibilidad a las mujeres de evitar los riesgos de una cirugía tradicional.
Basta con meter una sonda muy delgada por la arteria femoral con una incisión en la ingle. A través de ella, se disparan micropartículas de un material derivado del plástico llamado polivinil-alcohol (PVA), para taponar los vasos sanguíneos del tumor.
La técnica se llama embolización (obstrucción) de la arteria uterina, y se está practicando en el país desde el pasado 4 de febrero.
Hasta el momento 12 mujeres en edad fértil se la han practicado en el hospital San Juan de Dios, en San José, donde se hace el procedimiento bajo la coordinación de los servicios de Hemodinamia y Ginecología y obstetricia.
Reducir riesgos
La técnica que tradicionalmente se usa para eliminar tumores benignos en el útero (llamados fibromas y miomas) se llama histerectomía o extracción del útero.
Solo el año pasado, 410 mujeres se sometieron a un procedimiento así en el San Juan de Dios. De ellas, 350 fueron por miomatosis uterina, dijo el ginecólogo Óscar Cerdas, uno de los miembros del equipo que hace embolizaciones.
La miomatosis y los fibromas causan sangrados intensos, dolor y presionan órganos cerca del útero.
Cerdas explicó que la gran mayoría de las mujeres que requieren histerectomías podrían ser sometidas a la embolización de la arteria uterina.
Esa técnica se comenzó a probar en Francia, en 1995. Después, pasó a los Estados Unidos. Al día de hoy, más de 8.000 procedimientos se han hecho en el mundo.
La embolización es un uso más del cateterismo, cuyos comienzos estuvieron ligados a resolver problemas cardíacos.
Luego, se ha usado para tratar enfermedades neurológicas (como la obstrucción de las carótidas) y nefrológicas (en las vías renales).
Reducción de volumen
Al cortar el fluido sanguíneo taponando los vasos que nutren el tumor, este deja de crecer y desaparecen las molestias que genera.
En cuestión de dos meses, su tamaño se reduce en un 50%. De acuerdo con los casos registrados en otros países, reducciones de hasta un 70% se están reportando 2 años después del procedimiento.
Y lo mejor: las mujeres y el hospital se ahorraron días de internamiento y de pago de incapacidad, así como problemas colaterales, entre ellos los trastornos hormonales y la dificultad para concebir que acarrea una histerectomía radical.
El éxito es de hasta un 98% de los casos tratados. El otro 2% de las pacientes inevitablemente tendrá que pasar al quirófano.
El costo para la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no se ha calculado, pero en Estados Unidos una embolización cuesta $2.500 (¢1.065.000), la mitad del precio de una histerectomía, dijo el jefe del servicio de Hemodinamia del San Juan de Dios, Carlos Calderón Calvo.
El jefe de la sección de ginecología y obstetricia de ese hospital, Max Varela, dice que valoran usar la embolización para prevenir los sangrados que algunas mujeres sufren durante o después del parto.
Esa es la segunda causa de mortalidad materna en el país y en el mundo.