Por culpa de la falta de cupos, en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), Anthony Valverde, estudiante de Ingeniería en Producción Industrial, solo pudo matricular tres de las ocho materias que le correspondía llevar este semestre.
Para resolver problemas como los que sufrió Valverde y muchos universitarios más, el Consejo Nacional de Rectores (Conare) discute, desde el año pasado, una integración del sistema universitario público.
La idea es aumentar las posibilidades para que los estudiantes regulares avancen con los créditos cuando no hay cupo en su universidad, sobre todo, con materias de ciencias básicas como Matemática o Química; Estudios Generales o idiomas.
“Hemos hablado de avanzar con un sistema de mayor flexibilidad para que los estudiantes puedan matricular en otras universidades públicas. Mi idea es crear un sistema interuniversitario en carreras donde los cursos sean idénticos”, explicó Alberto Salom, director del Conare.
Con esta propuesta también se pretende optimizar recursos para ampliar la matrícula de las cinco universidades.
Estas son el ITCR, la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA), la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la Universidad Técnica Nacional (UTN), de más reciente incorporación al Conare.
Por ejemplo, este año, el Tecnológico recibió el semestre con una protesta de alumnos por servicios colapsados y falta de cupos. En la matrícula ordinaria, 120 estudiantes regulares se quedaron sin inscribir ni una sola materia y otros 680 solo pudieron llevar parte de los bloques.
“El problema es que uno debe matricular 12 créditos para la beca. Con tres materias, solo matriculé nueve créditos. Para completar los créditos necesarios para la beca, lo que hago es matricular una materia de otra carrera, pero no avanzo en la mía”, reclamó Anthony Valverde.
En contraste, la UNED tiene gran capacidad para recibir alumnos en sedes regionales.
“Nosotros tenemos una infraestructura instalada, y con un poco más yo podría estar atendiendo a otras 18.000 personas”, manifestó el rector Luis Guillermo Carpio.
En el caso de la UNA y la UCR , tanto autoridades universitarias como alumnos consultados consideran que la falta de espacios o saturación de servicios no son, todavía, problemas.
En la UNA, para el primer semestre del año hubo 131 alumnos que no pudieron matricularse en Inglés.
Apoyo. De acuerdo con Alberto Salom, en este momento el proyecto tiene el respaldo de todos los rectores. Algunos, incluso, le ven posibilidades más allá de solventar problemas por cupos.
“También hablamos de abrir carreras conjuntas, que sean dadas con docentes de dos o tres universidades”, detalló Julio Calvo, rector del ITCR.
La otra opción, añadió, es establecer sedes interuniversitarias en donde las cinco casas de enseñanza impartan carreras y compartan servicios. De hecho, en Alajuela ya funciona la primera de estas sedes.
El proyecto de formación en lengua cabécar, que se brinda por partes entre la UNA, UNED y UCR, en la sede del Atlántico, es otra acción encaminada hacia esa integración, como mencionó el director de la Oficina de Registro de la UCR, José Rivera,
También Marcelo Prieto, rector de la UT, está de acuerdo en que si hay cupos disponibles en una universidad, los puedan aprovechar estudiantes de otro centro, siempre y cuando exista un acuerdo previo de reconocimiento de los cursos.
Una comisión integrada por los vicerrectores es la responsable de darle forma al proyecto.
Crecimiento. Para Julio Calvo, del ITCR, estas medidas amortiguarían el crecimiento acelerado de las universidades públicas.
En el ITCR, por ejemplo, las solicitudes de examen de admisión llegaron este año a la cifra récord de 20.000, aunque solo 6.000 estudiantes pasaron la prueba. De estos últimos, solo 1.850 lograron ingresar.
Según datos del Estado de la Educación, entre el 2000 y el 2014, la matrícula total en las cuatro universidades públicas más antiguas creció en un 50,6%. La cifra excluye a la UTN.
Al analizar, una a una, la situación de esos centros de enseñanza, la UCR aumentó su matrícula en un 41,7%, en ese mismo periodo de 14 años.
La UNED la incrementó en un 30,3%; la UNA, en un 19,4% y el ITCR, en un 8,6%.
“Hay que tomar acciones porque la falta de cupos es un efecto dominó que atrasa al estudiante y fomenta la deserción, porque como la gente se queda sin campo, pierde la beca, se va a trabajar y se olvida de estudiar”, finalizó el joven Anthony Valverde.