La jornada de un niño de 10 años, vecino de Sarapiquí, comenzaba a las 7 a.m. en la escuela y terminaba a altas horas de la noche. Él trabajaba en un bar capitalino cobrando la entradas de los eventos que allí se organizaban.
Sus patronos eran nada más y nada menos que sus padres; ellos eran los propietarios del inmueble.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) atendió el caso el año pasado, el cual no era único.
En 2016, en su análisis anual, el Ministerio de Educación Pública (MEP) registró que 405 niños de entre siete y 12 años que trabajaban al tiempo que estudiaban; De ellos, las docentes reportaron que 41 no volvieron más el año pasado al centro educativo para dedicarse a trabajar.
“En cuanto a las actividades que realizan los menores que estudian y trabajan, están las labores de agricultura, actividades domésticas (no formativas), servicios y ventas en vía pública son las que alcanzan las cifras más altas. Estos niños también trabajan en pesca y extracción de moluscos; ganadería, construcción, empaque y traslado de mercaderías, mendicidad, ventas en locales comerciales, ventas en las ferias del agricultor y otros”, informó el MEP.
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El Ministerio, inclusive, halló que otros 21 niños que asistían a clases preescolar, menores de siete años, trabajaban luego de ir a lecciones; de ellos, 14 fueron sacados por sus padres del sistema educativo para que trabajaran.
La Dirección Regional de San Carlos del MEP, reportó el año pasado que dos niños y dos niñas de preescolar trabajaban en vía pública, luego de clases, en la venta de flores, periódicos, lapiceros, chicles, comidas entre otros; y uno más laboraba en agricultura y ganadería.
Roxana Gómez, de la Dirección de Vida Estudiantil del MEP, explicó que el Ministerio reporta los casos ante el Ministerio de Trabajo, el PANI y, dependiendo del caso, hasta al Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Según ella, los docentes intentan darle seguimiento al menor para que no deje de estudiar.
El Artículo 92 del Código de la Niñez y la Adolescencia (Ley N°7739, de 1998), denominado “Prohibición Laboral” establece que el trabajo de las personas menores de 15 años está absolutamente prohibido.
“Se refiere todo lo que es trabajo de menores de 15 años, ya que en ese caso es totalmente prohibido el trabajo para ellos . En el caso de mayores de 15 años se refieren los casos en donde trabajan en condiciones no reguladas por el Estado, peligrosas o insalubres”, explicó la funcionaria.
El MEP reportó que el año pasado, 1.642 adolescentes de entre 12 y 15 años combinaban sus estudios con el trabajo; 89 más de esa edad se salieron del colegio para poder concentrarse en sus labores.
El trabajo en caso de los mayores de 15 años y menores de 18 está permitido en el país, pero no pueden trabajar más de 6 horas, deben estar asegurados y estar estudiando. No pueden realizar ninguna actividad peligrosa e insalubre,
De la población de entre 15 y 18 años del MEP, se encontraban trabajando un total de 4.733 jóvenes en 2016
El Ministerio de Trabajo tiene una oficina exclusiva para atender casos de trabajo infantil y adolescente. María de los Ángeles Chinchilla, funcionaria de esa dependencia, explicó que ellos trabajan por denuncia o por referencia de alguna institución del Estado.
Cuando les llega un caso de un menor de quince años que trabaja, se hace una entrevista a los padres y se les indica que la ley impide el trabajo de esa población. Si reacciona de manera negativa, manteniendo al menor trabajando, se acude al PANI para que les den medidas de protección al menor.
Actividades peligrosas
Siete menores de edad, en 2016, estudiaban al tiempo que trabajaban en actividades ligadas a la explotación sexual comercial infantil, según el reporte del MEP.
Además, 22 se dedicaban a la venta de droga y estupefacientes; 23 a la mendicidad, pidiendo limosna o cantando en buses, y 65 trabajaban en lugares donde se vendían bebidas alcohólicas.
La mayoría de los menores de edad trabajan en la agricultura (1.372); 1.053 en actividades domésticas; 1.044 en locales comerciales; 801 en servicios de lavar carros o de cuidacarros.
Según el Ministerio de Educación, los casos de trabajo de menores de edad, se presentan más en Cartago, Alajuela, Coto, San Carlos y Limón.
Rodolfo Meneses López, abogado del Centro de Orientación e Información del PANI, explicó que el año pasado recibieron una denuncia por el 911 de que en una panadería en San José tenían a dos adolescentes, de 12 y 13 años, trabajando de lunes a domingo de 7 a. m. a 7 p. m.
“Con esa edad los obligaban a transportar sacos de harina de 50 kilos, no les daban días libres. Hemos visto que el trabajo infantil se presenta más posterior a vacaciones de medio año donde muchos estudiantes desertan . El año pasado se registraron 172 denuncias sobre explotación laboral, en algunos casos son los mismos papás los que explotan los niños, niñas y adolescentes”, indicó Meneses.
Explicó que los papás pueden verse sancionados con el retiro provisional del cuido del menor que esté trabajando siendo menor de 15 años. A nivel penal, pueden ser condenados a penas de prisión, dependiendo el riesgo al que haya estado sometido el menor.
A las empresas que contraten menores de 15 años o que mantengan menores de edad trabajando en condiciones de explotación, insalubres o riesgosas, el Ministerio de Trabajo les puede imponer multas o hasta la clausura del negocio.
En el sistema educativo, el trabajo de menores de edad se ha reducido casi a la mitad desde el 2011 a la fecha. En 2016, eran 6.746 los menores de edad que estudiaban y trabajaban; hace seis años eran 13.162.
Sin embargo, la reducción del número menores de edad que dejan los estudios por ir a trabajar va a paso lento.. En 2011, eran 1.647, en 2016 fueron 1.188.
Estadísticas de la Encuesta Nacional de Hogares 2016 revelaron que los menores de entre los 5 y 17 años representan el 20,1 % de la población total y, de ese grupo, un 3,1 % trabajaba, o sea, unos 30.000. En el 2011 –la penúltima vez que se evaluó a esa población–, se contabilizaron 42.000 menores trabajando y, en el 2001, la cifra era de 113.000.
Pese a la baja en el trabajo infantil, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como parte del proceso de inspección al que se somete el país para integrarse a ese grupo de naciones, pidió al país, a finales de octubre de este año, más esfuerzos para reducir esta problemática.
Desde el 4 de mayo del 2015, el gobierno de Luis Guillermo Solís presentó un plan para erradicar el trabajo infantil en cinco años. La meta es que, al igual que se lo propusieron varios países latinoamericanos, en el 2020 no haya menores trabajando.