
Esther Wojcicki, periodista y profesora estadounidense, comenzó a usar la tecnología en las aulas en 1987. No sabía cómo encender una computadora, pero se tiró al agua.
Hoy es considerada una de las pioneras en el uso de la tecnología en el aprendizaje. Ella trabaja desde 1987 en la Escuela Secundaria de Palo Alto, en California, donde actualmente enseña periodismo e Inglés. En ese colegio, el periodismo se incluye en la currícula, además de las materias tradicionales básicas.
En su clase, Wojcicki es la que menos habla. Las clases son autoconducidas por sus 60 alumnos, de entre 15 y 18 años, quienes, de la mano de la tecnología, a esa edad, son capaces hacer páginas web, televisión todos los días, películas, podcasts, periódicos de 80 páginas, revistas y diseño gráfico.
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Wojcicki es actual vicepresidenta del consejo consultivo de Creative Commons enfocada en la educación y aprendizaje. También es Presidenta de la Fundación Amigos de Lurdes Mutola para apoyar la educación de las niñas en Mozambique. Es consultora de la Fundación Carnegie para el Avance de la Enseñanza y de la Fundación Hewlett. Fue la profesora de periodismo del año del norte de California en 1990 y fue seleccionada como la Profesora del Año de California en el 2002 por la Acreditación de la Comisión de Maestros de California.
Estuvo en Costa Rica como expositora la semana anterior en el University Costa Rica Summit, que se realizó en el Centro de Convenciones . Este es un evento internacional, presente en más de 30 países en todo el mundo, que une a las mentes más brillantes del país, líderes globales de innovación y tecnologías exponenciales. Wojcicki habló sobre cómo educar a las nuevas generaciones.
– ¿Cómo educar a la nueva generación?
– Hoy en día tenemos tecnología para apoyar a los docentes y profesores. Sin embargo, el mayor impedimento para cambiar todo esto son precisamente los docentes. Uno de los paradigmas más importantes es cómo hacer una transición de quién tiene el poder. Típicamente, se parte de la premisa de que el docente es quien tiene el control, el poder cambiar eso es probablemente el punto central.
"No es perder, sin embargo, los objetivos del proceso educativo, sino es usar la tecnología para alcanzar ese objetivo. Youtube es probablemente la aplicación más educativa que existe porque tiene un billón de suscriptores y de contenido en línea que ayuda a que la persona que aprende, pueda ser dueña de ese proceso de aprendizaje.
“Las escuelas, los colegios y las universidades tienen la idea equivocada de eliminar el celular en el aula. El reto es cómo hacer para que el celular se convierta en una herramienta de educación; los niños ya nacen con esa tecnología. A principios de la era de 1900, la gente pensaba que los carros eran malos, peligrosos y dañinos porque no sabían usarlos. Se recomendaba seguir usando los caballos y carretas y ¿qué se hizo?, educar a los conductores para que fuéramos conductores responsables y para que utilizáramos esa tecnología. Pasa lo mismo con los celulares”.
– ¿Cómo se adquiere un conocimiento hoy en día?
– Anteriormente, para adquirir un conocimiento o habilidad tenías que buscar un profesor, matricularte en una universidad, en una escuela o llevar cursos. Hoy en día eso lo tenemos al alcance de la palma de la mano con los teléfonos inteligentes conectados con Internet, el conocimiento está ahí. El que Costa Rica tenga un único Ministerio de Educación facilita mucho las cosas para que se lleve el conocimiento de la mano de la tecnología, porque a nivel de política pública tienen un único rector, que, enfocado en el siglo XXI, podría ser ese agente de cambio que mueva a que, efectivamente, cambiemos los elementos que hay que cambiar que pensemos fuera de la caja.
– ¿Qué requiere un estudiante actual por parte del docente para aprender?
– Una de las cosas que no requiere es estar metido todo el día en un aula, que solo sea el 20% del tiempo y que el resto sean procesos de autoaprendizaje dirigidos, en los que él mismo encuentre cuáles son las mejores horas para resolver una tarea, para aprender un nuevo conocimiento.
"Hay que empoderarlos en este proceso, entendiendo que tiene un 20% de guía y supervisión por parte del docente, que tiene que cumplir objetivos y que tiene tecnología que me facilita ese proceso sin tener que trasladarme a un lugar. Ese es el modelo de estudiante del futuro a todos los niveles.
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–Muchos consideran que un celular en el aula es un distractor...
– Yo no creo que, en kínder o primer ciclo, los niños deban tener celular, sino de cuarto grado en adelante porque ya los niños saben leer y los puedes hacer responsables de los procesos de aprendizaje con el celular. Por razones que van a entender, van a saber que no puedo tener el celular siempre encendido, que lo vamos a utilizar en ciertos espacios.
“Yo hace mucho descubrí que perdí la batalla contra el celular porque son 35 contra uno, mejor que seamos 36; yo me integro y paso a formar parte de esos procesos. Entre más prohíben, más interesante se vuelve; no prohibamos los celulares, aprendamos a vivir con ellos”.
– ¿Cómo sería una clase ejemplar para los nuevas generaciones?
– Uno de los mayores elementos es no alejar los temas de ludificación. Usar la habilidad que tienen los jóvenes para los juegos para impulsar proyectos, por ejemplo, aprender a programar, aprender a hacer códigos, temas de ciberseguridad. Alguien que ha experimentado con videojuegos es mucho mejor programador, arquitecto, ingeniero que alguien que no. Lejos de eliminar eso del sistema, es cómo utilizarlo de manera inteligente para generar esas capacidades y competencias.
“No es, entonces, estar metidos todo el día llevando las materias tradicionales, que son importantes pero, adicional a eso, es construir habilidades y competencias basadas en tecnología, utilizando tecnología, utilizando proyectos y enlazándolo todo de manera tal que yo pueda construir esas nuevas cosas”.
– ¿Cómo es una clase suya?
– Tengo en mi aula 60 alumnos de entre 15 y 18 años. Cuando empieza la clase, saludo, levanto y nombro a cinco editores, los empodero para que ellos formen grupos, definan las dinámicas, definan el aprendizaje y, durante 90 minutos, toda esta gente trabaja en grupos que ellos mismos armaron, con los contenidos y materiales, generando esta creación de historias. De vez en cuando, levanto la mano para hacer alguna guía, pero el proceso es completamente autoconducido por los alumnos.
– ¿Qué cosas han logrado sus estudiantes en las clases que usted da?
– Primero sentirse bien acerca de ellos mismos, disfrutar del proceso de aprendizaje, empoderamiento y no tenerle miedo a tomar un riesgo. También, con solo edades de entre 15 y 18 años, saben hacer páginas web, televisión todos los días, películas, podcasts, periódicos de 80 páginas, revistas, diseño gráfico. Al salir, son contratados por muchas empresas de Silicon Valley para producir todo ese contenido.
– Usted dice que el principal problema en educar a la nueva generación son los docentes ¿por qué?
– La razón por la cual la mayoría de los profesores no hacen los cambios es porque son muy adversos a modificar los esquemas tradicionales porque, si cambias algo, puede que te equivoques y la equivocación puede traer a la burla, a la chota. Los docentes tienen miedo a cambiar, a aventurarse, a ser innovador y disruptivo. Prefieren quedarse en lo tradicional, que es lo que conozco, que lo que sé y que es por lo que me respetan.
– ¿Cómo puede hacer el Ministerio de Educación Pública (MEP) para ayudar a los docentes a cambiar esa mentalidad, atreverse a usar la tecnología en sus clases tecnología y dejar de dar clases de forma tradicional?
– Es típico problema de Latinoamérica que tenemos las herramientas y tecnología, pero no las usamos y ¿por qué no las usamos?, porque no trabajamos habilidades, sino currícula, materia, memoria. A los maestros se les reconoce lo tradicional, pero nunca competencias y habilidades; cambiar ese modelo donde se haga evidente y se reconozca que los profesores que hacen eso están teniendo mejores resultados, que sus estudiantes consiguen mejores trabajos, debe ser la norma y no la excepción.
– ¿Qué habilidades necesitan los alumnos para los empleos del futuro?
– Deben saber sobre ingeniería de software, arquitectura de nube, inteligencia artificial, aprendizaje de máquina, ser científicos de datos, desarrollo de aplicaciones. Que se les enseñen habilidades y competencias en manejo de proyectos, tecnologías de juegos, pensamiento creativo e inteligencia artificial, robótica y similares. Lo interesante en que, en todo esto, no está en el centro del proceso, sino en la tecnología y el estudiante aprendiendo de la mano con ella.
“La función del docente es ser un facilitador, observando, controlando y guiando, ubicarse de lado a lado, como un facilitador, diciéndole a sus alumnos ‘ustedes como pares hacen grupos, y los proyectos, y yo, facilito la experiencia de aprendizaje’”.
– Pero a muchos docentes la idea de quitarse del centro no les va a gustar...
– Es un cambio de mente, no soy dueño de la verdad absoluta ni te repito conocimientos, sino que te guío con una serie de materiales de orden digital para que vos construyas tu propio conocimiento.
“Los maestros no van a ser sustituidos por la tecnología, sino que la tecnología la incorporan como parte del proceso de aprendizaje para enriquecer ese proceso; no deben aislarse sino integrarse. No hay problema en no saber y no conocer. El problema es que, por no saber y no conocer, ponen esto al lado porque ahí sí se puede cometer el riesgo de ir con los modelos tradicionales en donde los alumnos se aburren, no aprenden, no son felices y no desarrollan las habilidades que se necesitan”.
– ¿A qué se expone un país cuyos docentes continúen con métodos tradicionales de enseñanza?
– Lo primero es que va a estar absolutamente desactualizado con respecto a los otros países. A una persona no la van a premiar en una empresa por ser el mejor seguidor de instrucciones. Necesitamos gente que se eduque en habilidades y competencias. Es muy difícil predecir cuáles van a ser los trabajos del futuro, lo que es cierto es que esos trabajos del futuro van a requerir habilidades y competencias que no tenemos hoy y que la academia no va a suplir.
“Lejos de yo seguir procesos preestablecidos, se debe aprender a pensar diferente y que, al hacerme de estos conocimientos, voy a ser más exitoso. En las grandes multinacionales, la mayor queja que tienen los empresarios es que a la gente que contratan no le gusta tomar riesgos, le gusta seguir el libreto, lo tradicional, y eso no funciona para el mundo de los negocios; ocupamos gente dispuesta seguir aprendiendo y que no piense que el proceso de educación es finito”.
