Causó roncha. La noticia difundida por la agencia Reuters sobre la posible predisposición de los niños que consumen Ritalina a generar otro tipo de adicciones, provocó preocupación entre neurólogos, psiquiatras y padres de niños con déficit atencional.
No obstante, el documento en el que se basó la agencia -un informe de Alison Motluk, publicado en la revista New Scientist- tiene matices distintos.
En general, el informe detalla pruebas con jóvenes y con animales de laboratorio, en las que se sospecha de alguna relación entre el uso de esta droga y otras adicciones, como el fumado y la cocaína.
Entre ellos se cita un estudio de Nadine Lambert, en el que se concluye que los niños que consumen Ritalina podrían ser más propensos al consumo del tabaco.
No obstante, no niega los beneficios que la droga en cuestión brinda a los niños que sufren de déficit atencional e hiperactividad.
"Fuera de los Estados Unidos, los doctores son más escépticos respecto del síndrome de déficit atencional, pero aún aquellos que creen que la Ritalina es recetada en exceso consideran que se trata de un padecimiento real y que la Ritalina es una buena ayuda contra él", detalla el informe.
En la mayor parte de los estudios mencionados, los investigadores citados admiten que la Ritalina tiene efectos positivos para tratar el déficit atencional.
Incluso, se menciona el estudio de Nora Volkow, realizado en 1995, en el que la investigadora admite que, si bien el fármaco actúa de manera similar a la cocaína admite que no existe evidencia para sospechar un vínculo entre el uso de Ritalina y el de cocaína.
Los especialistas costarricenses no esperaron para dar a conocer su oposición. El neurólgo David Luna negó que se conozcan casos de adicción a la Ritalina y aseveró que los estudios mencionados por la revista no son concluyentes.
Explicó que el medicamento no genera adicción porque no actúa sobre los "circuitos cerebrales" que producen euforia, además de que, según el especialista, el efecto tendría una duración muy corta.
Marina Peña, presidenta de la Fundación de Déficit Atencional, consideró que la Ritalina es un complemento de un tratamiento que incluye atención educativa, familiar y personal.
Que si bien la asociación admite los efectos favorables del fármaco, recalcó que esta se debe proporcionar únicamente bajo control profesional.