
Limón. Un grupo de 30 mujeres, vestidas de amarillo y todas jefas de hogar, son las nuevas encargadas de que esta ciudad del Caribe se muestre presentable antes los ojos de los miles de turistas que bajan de los cruceros.
Las “Damas de amarillo” es el nombre del proyecto que apoyan la municipalidad local y algunas instituciones estatales, que procuran cumplir principalmente dos objetivos: mantener limpios los sitios públicos del centro de Limón y dotar de una fuente de ingresos a por lo menos 30 mamás solteras.
A las “Damas de amarillo”, que pronto serán 60, usted las puede observar con sus camisetas chillonas, armadas con un escobón, una pala y un gran basurero plástico, recogiendo lo que algunos descuidados han arrojado en las calles limonenses. El resto de su uniforme lo componen unos guantes y, a veces, una gorra.
Más trabajo
Desde del 2000, cuando se aplicó la iniciativa de la Oficina de Turismo de Japdeva, las señoras amarillas trabajan seis meses al año, pero a partir de este año lo harán durante nueve meses, por la ampliación de la temporada de arribo de barcos cruceros, explicó el alcalde, Róger Rivera.
Aparte del ayuntamiento, el proyecto lo respaldan la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
Doble propósito
Los beneficios de las “Damas de amarillo” no terminan cuando la basura llega al botadero municipal, pues ellas también obtienen ingresos por esta labor.
Cada una recibe ¢60.000 por mes y se estudia la posibilidad de darles un bono alimentario.
“Este trabajo me sirve para mantener a mi familia y a la vez hacer algo bueno por mi ciudad” resaltó Rosibel Moya Ríos.
Para Rivera, hay aún más beneficios. Aseguró que el programa apoya a familias que normalmente requerirían alguna ayuda.
También que la Oficina de Turismo de Japdeva puede promover recorridos por la ciudad sin temor a que los turistas –nacionales o extranjeros– se topen con basura acumulada.