Leal, eficiente y con buena iniciativa, un trabajador ejemplar, pero.... Sí, hay un pero: con los años se descubrió que su título de bachiller era falso.
La detección de anomalías en los diplomas de secundaria casi se ha duplicado en los últimos tres años pues de los 244 documentos falsos que encontró la División de Control de Calidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) en 1998, se pasó a 405 en el año pasado.
Una causa que explica dicho incremento es que casi se triplicó la cantidad de consultas sobre la idoneidad de tales documentos pues en 1998 se chequearon 4.998 mientras que el año pasado se revisaron 12.442.
Por otra parte, solo en los dos primeros meses del 2001 se detectaron 74 títulos con algún tipo de anomalía.
"Son las universidades e instituciones las que solicitan el análisis. Algunos actúan de oficio, otros porque tienen dudas", sostuvo Félix Barrantes, director de la División.
En caso de que se compruebe la anomalía, estos organismos son los que deben plantear la denuncia ante el Ministerio Público por el delito de falsedad ideológica.
Según nuestro Código Penal, esta falta implica entre uno y seis años de cárcel tanto para el que compró el diploma como para el que lo vendió.
Con lupa
La División de Control de Calidad es el único departamento que tiene los expedientes y copias de los títulos auténticos de secundaria.
Ante las consultas, los funcionarios revisan la firma del director del colegio, la del director regional, además de los sellos respectivos.
"Nosotros contamos con un registro de las firmas y sellos de todos los encargados y es fácil comprobar copia contra copia los errores", agregó Barrantes.
Pero si los vendedores son muy ágiles para falsificar, cada diploma cuenta con una especie de cédula de identidad, son las citas de inscripción: tiene un tomo (libro), folio (página), asiento (renglón) y un número adicional del título.
Al igual que una cédula, las citas son irrepetibles y cuando el diploma sale del colegio, la identidad ya va lista.
"Los colegios son los que elaboran los diplomas, ellos establecen los modelos, pero todos deben contar con requisitos básicos, como lo son las citas", sostuvo Barrantes.
Ellos están en capacidad de revisar títulos hasta de 1950 y hasta el momento no se han equivocado con ningún título.
Cada solicitud es revisada y contraverificada para descartar errores, y si aún persisten las dudas, el MEP consulta con el colegio de donde proviene el título.
¿Por qué lo hacen?
Las universidades son las instituciones que más consultan la validez de los títulos de bachillerato.
La Latina es una de estas. Jeffrey Jones, vicerrector de este centro, explicó que ellos envían todos los títulos a consulta y actúan de oficio.
"Al momento de la matrícula todos los estudiantes deben presentar el original y copia del diploma, e incluso en su boleta se les dice que la matrícula queda condicionada hasta el momento en que se compruebe que todos los datos están en orden", sostuvo Jones.
Si se verifica que el diploma es falso, expulsan al estudiante e inician el proceso legal.
Además de las universidades, otras instituciones, como la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), el Colegio de Contadores, el hospital Calderón Guardia o el San Juan, también han solicitado la consulta.
No obstante, los particulares también pueden pedir la suya.