El Ministerio de Educación Pública (MEP) fundamentó la decisión de eliminar el Programa de Afectividad y Sexualidad Integral que se impartía a los colegiales en tres razones principales.
Estas motivaciones se detallan en la propuesta denominada Acciones que promueven la aceptación de la diversidad humana para la sana convivencia y una cultura de paz en el sistema educativo costarricense, que la ministra Anna Katharina Müller presentó ante el Consejo Superior de Educación (CSE). El documento fue aprobado por mayoría el 16 de enero.
La primera fundamentación expuesta es que “la educación sexual es responsabilidad primaria de la familia y al MEP le corresponde complementar esta educación”.
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Otro argumento de Müller es que “el enfoque de la educación sexual que debe otorgar el MEP es una orientada a la información fundamental sobre la reproducción humana, la prevención de embarazos adolescentes, de infecciones transmisibles y otros temas clave basados en principios científicos y objetivos, sin sesgos ideológicos ni formación erótica que pueda influir negativamente en la formación integral de los jóvenes”.
El tercer elemento, de acuerdo con el texto al que tuvo acceso La Nación, es que los Programas de Afectividad y Sexualidad Integral promueven un enfoque erótico de la educación sexual que no le corresponde al MEP desarrollar. En ese sentido, considera que existe el riesgo de que al ejecutar estos programas en el aula se pueden malinterpretar “en el marco del Código Penal”.
En el texto se recuerda que en el 2022, el Consejo acordó hacer una revisión del programa que “padres de familia, diputados y otros sectores” consideraban, “tenía un abordaje erótico y sensual de la enseñanza de la afectividad y la sexualidad”.

Tras la revisión del plan de estudios, según el documento presentado por Müller, hallaron contenidos y recomendaciones que podían “resultar lesivos para los derechos de los estudiantes”.
Entre los ejemplos que citan, está el siguiente:
“En décimo año, el docente hablará con los estudiantes sobre juguetes sexuales, cámaras de video, lencería y otros elementos. “[…] se les indicará a las personas estudiantes que ellas y ellos son el comité organizador de una fiesta en honor a las relaciones sexuales corporales, genitales y coitales orientadas al placer y al bienestar de las personas involucradas en ellas. La primera tarea que tiene el grupo organizador es la de definir la lista de “invitadas(os)” a esta fiesta.
[…]. Los “nombres” de posibles “invitadas(os) que se sugieren son: deseo, conciencia, acoso, autonomía, libertad de decisión, seguridad, protección en contra de infecciones de transmisión sexual, protección en contra de embarazos no deseados, respeto recíproco, placer, decisión sobre el momento en el que se quieren tener relaciones, decisión sobre con quién se quiere tener relaciones, decisión sobre el lugar donde ser quieren tener relaciones, decisión sobre la forma en que se quieren tener relaciones, preocupación por posibles consecuencias, presión social, violencia, coacción, manipulación emocional, consumo de drogas, sentimientos de culpa, música, velas, ropa interior sexy, consumo de alcohol, control, celos, autoestima, amor, erotismo, juguetes sexuales, cámara de video, estabilidad económica, condones, amor recíproco y autoconocimiento (pp. 33-34) “.
El texto señala que un efecto agravante del desarrollo de actividades, como la citada, podría resultar en la malinterpretación de acciones y conllevar a potenciales denuncias penales para los docentes por la percepción de que las actividades se vinculan con la comisión de aparentes delitos tipificados en el Código Penal Costarricense.
Exministra defiende discusiones ‘con responsabilidad’
Para la exministra de Educación, Sonia Marta Mora, quien impulsó la actualización de estos programas durante su gestión, hay muchos prejuicios en torno a los temas de sexualidad.
Sobre lo expuesto en el documento que califica como eróticos y sensuales los abordajes del programa, la exjerarca señaló que es innegable que lo relativo a la sexualidad inunda la sociedad en la que están inmersas las personas adolescentes.
“Los programas hablan, en un contexto educativo y con docentes, de cosas que, si no, se hablarían en secreto sin la información correspondiente. Más bien es traer esos temas bajo contexto sano, educativo y discutirlo con responsabilidad. Ese es el objetivo de los programas, o si no sería pretender que los estudiantes viven en una burbuja y no les hablamos de esos temas para que no los conozcan. Ese es el peligro (...)”, aseveró.
Programas enfocados en violencia y ‘bullying’
La propuesta de la ministra Müller es que tras la eliminación del Programa de Afectividad y Sexualidad Integral, se elabore un Programa de Estudio de Educación para la Paz y la Convivencia.
“El Programa de Estudio de Educación para la Paz y la Convivencia propone formar ciudadanos integrales con competencias para una ciudadanía responsable y solidaria, con capacidades para la vida plena y con bases fuertes para la empleabilidad y el emprendimiento. Busca replantear un cambio significativo en el sistema educativo que sirva como medio para construir un mundo más solidario y humano”, dice.
Entre los razones del reemplazo aduce que “los centros educativos se están enfrentando violencia y bullying que está afectando a los miembros de la comunidad educativa y es necesario promover soluciones integrales”.
Además, señala que es necesario enfrentar la violencia y el bullying con un programa actual y de interés social que, mediante la formación de los estudiantes, los ayude a estar en el centro del proceso educativo conforme a lo establecido en la Política Educativa, brindando condiciones para que sean los mismos estudiantes los que actúen para eliminar la violencia.
El texto dice que se solicitará a la Administración realizar una revisión integral y los consecuentes ajustes pertinentes en los programas de estudio que aborden o deban abordar los temas relacionados con afectividad y sexualidad para que estén alineados con la salud sexual reproductiva y el desarrollo humano, acordes con la edad de los estudiantes.
“Hay redundancia en el currículo de temas de educación sexual. En primaria se ve en la asignatura de Ciencias, y en secundaria se ve, adicionalmente, en Psicología, Orientación y Educación Cívica, por lo cual se debe proceder a una revisión integral de la enseñanza de la afectividad y sexualidad en estos programas e incluir los temas necesarios en los programas de estudio de Ciencias y Biología de III Ciclo y Educación Diversificada”, agrega.