Las montañas costarricenses albergan tres especies de orquídeas nuevas para la ciencia y que son únicas (endémicas) en nuestro país y la parte oeste de Panamá
“Este tipo de orquídeas son especies que crecen a elevaciones muy altas y por eso muestran un endemismo mayor, porque se van aislando de las de otras regiones. Estas en particular son del centro y sur de Costa Rica y el oeste de Panamá”, manifestó Adam Karremans, botánico e investigador del Jardín Botánico Lankester, y coordinador de la investigación.
Este no es el único aspecto que las hace particulares, ya que tienen una forma de reproducción inusual.
“La mayoría de las orquídeas se reproducen por semilla. Las semillas son diminutas y se las lleva el viento. Pero estas en particular tienen un hábito que se llama prolífico. Esto quiere decir que sobre uno de los tallos de la planta crece otro tallo, eventualmente esos tallos se desprenden y caen debajo de la planta y forman colonias. Es un hábito muy particular. Son clones uno del otro“, destacó.
¿A qué se debe eso? Los investigadores indican que a esas alturas y condiciones climáticas es difícil encontrar polinizadores y formar semilla, entonces “el plan B” es formar clones.
“Hemos notado que estas plantas, cuando están en condiciones adversas, que se llenan de musgo o están en condiciones muy oscuras, ese mecanismo de producir clones que se separan de la planta principal es una forma de reproducirse. Las plantas no pueden moverse, entonces es una forma de escapar de esas condiciones de luz o humedad”, destacó.
El descubrimiento fue reportado en la revista PhytoKeys.
¿Cómo son estas orquídeas?

Las tres especies son de un género llamado Pleurothallis, el cual, detalló Karremans, es muy común en nuestro país y hay varias especies únicas.
Sus nombres son Pleurothallis matriselvae, Pleurothalllis pridgeoniana, y Pleurothallis winkeliana.
Las tres fueron encontradas en puntos muy distintos de la cordillera de Talamanca.
“Cuando hablamos de cordillera de Talamanca hablamos de más de 100 kilómetros. Desde la provincia de Cartago, pasa el Cerro de la Muerte, y llega a Panamá. Parques nacionales como el Tapantí o Los Quetzales son parte de esa cordillera. Es la menos explorada y probablemente la más diversa de Costa Rica”.
Cada especie tiene características distintas. La P. pridgeoniana fue encontrada en Buenos Aires de Puntarenas, camino a los cerros Uytum. Se detectó en un ecosistema llamado bosque montano pluvial bajo, un tipo de bosque de montaña que se caracteriza por ser siempre verde, denso, con troncos delgados y muchas ramas.
“Ella forma cadenas y cadenas de tallitos. Es un hábito muy particular. Usted la encuentra en el bosque y la ve formando esas cadenas contínuas de tallitos, termina siendo como un arbustito de cadenas que se van reproduciendo”, aseguró el botánico.
La P. winkeliana se encontró en Sabalito de Coto Brus, en la zona protectora Las Tablas. Este ecosistema también es bosque montano pluvial bajo. Esta planta tiene flores de coloración morada que la hacen muy atractiva.
Finalmente, la P. matriselvae recibe su nombre porque fue recolectada en Madreselva, a orillas de la carretera Interamericana Sur, en un área llamada 3 de junio. Esta planta tiene flores amarillas y tiene un hundimiento en el labio, el pétalo inferior. Tiene la particularidad de crecer tanto en los árboles como en el suelo. En los árboles forma cadenas, en el suelo no.
“Nos sorprendió encontrar esta. La vimos a la orilla del camino. Esa está relativamente muy cerca de los centros urbanos, desde Cartago uno llega en cuestión de 40-45 minutos”, afirmó el botánico.

¿Cómo encontraron estas nuevas orquídeas?
Karremans explicó que los científicos del Jardín Botánico Lankester hacen exploraciones constantes por diferentes zonas del país. Para ello cuentan con permisos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).
Hay exploraciones breves, que incluso consisten en tomar un vehículo y ver que hay a las orillas de caminos o sin adentrarse mucho a los bosques hasta giras de varios días caminando por las montañas.
Allí, recolectan muestras de diferentes plantas que llamen la atención de los científicos.
Una vez recolectadas se llevan al laboratorio y se cultivan. En el Jardín Botánico Lankester hay varios espacios que recrean los hábitat donde fueron encontradas las plantas según temperatura, luz, humedad y otros factores.
Los científicos observan cada especimen recolectado y hacen comparaciones para saber si se trata o no de una especie nueva.
Cuando florecen se toman fotografías de cada detalle para ayudar a la comparación. También pueden hacerse estudios de ADN.
“Esto no se hace a la ligera. Ya teníamos como diez años de conocer a estas nuevas especies. Es un trabajo de acumulación de datos durante años para poder describirla, diferenciarla y otorgarle nombre”, puntualizó el científico.

Un mundo de orquídeas por descubrir
La diversidad de Costa Rica hace que todavía haya mucho espacio para conocer nuevas especies. Karremans comentó que incluso en San José han descubierto especies nuevas en los últimos años.
Otro ejemplo, visto hace unas semanas, es el descubrimiento de un género nuevo de orquídeas para Costa Rica en La Suiza de Turrialba. Era un género ya conocido para la ciencia, pero no se había visto en el país, y se encontró en un sitio en el que se hacen expediciones usualmente desde hace décadas.
“Costa Rica tiene casi 1.700 especies de orquídeas reportadas. Probablemente es el país con más diversidad por kilómetro cuadrado en el mundo. Países como Colombia, Ecuador o Brasil pueden tener más especies, pero son países más grandes. Costa Rica, por kilómetro cuadrado le gana a todos. Creo que podríamos en realidad tener cerca de 2.000”, concluyó.
