Los exagentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) Mayid Nasralah Víquez, Eduardo Guillén Caravaca y Gustavo Otárola Rojas fueron condenados ayer por la muerte del pandillero juvenil William Lee Malcom, ocurrida el 16 de setiembre de 1993.
El fallo no fue del agrado de ninguna de las partes involucradas en el debate.
Mientras el abogado Rafael Gairaud, defensor de los exagantes, dijo que posiblemente llevara el caso a casación, Óscar Chacón Jinesta, representante de los familiares de la víctima lo calificó de "leve y vengonzoso".
El tribunal conformado por los jueces Carlos Chinchilla Sandí, Gabriela Jara Murillo y Patricia Solano Cárdenas recalificó la acusación que presentó el Ministerio Público por el delito de homicidio simple y condenó a los exoficiales a un año de prisión cada uno por homicidio preterintencional.
El artículo 32 del Código Penal establece que obra con preterintención quien ejecuta un acto cuya consecuencia resulta más grave que el hecho que pensó consumar inicialmente.
La condena no fue unámine, pues la jueza Jara absolvió al grupo por ese delito.
El tribunal también condenó a Nasralah a dos años de prisión por el delito de privación de libertad agravada y a Guillén y Otárola les impuso tres meses de prisión por abuso de autoridad.
Los jueces declararon que los acusados quedarán inhabilitados para ejercer el cargo de oficial del OIJ durante un período de cinco años.
Debido a que no tienen antecedentes, se les concedió el beneficio de ejecución condicional de la pena durante cinco años.
Además, se condenó al Estado a pagar ¢5 millones por daño moral a Delfina Lee Malcom, madre del fallecido.
El abogado Chacón Jinesta había solicitado una indemnización de ¢50 millones.
Lee Malcom, de 16 años de edad, murió horas después de que fue detenido por una patrulla del OIJ, junto a otros cinco muchachos, en las cercanías del hospital San Juan de Dios, en San José.
De ahí el grupo fue llevado a la sede de la policía judicial, donde, supuestamente, recibió una fuerte golpiza con un bate y sufrió una lesión mortal.
Dos juicios
Por estos mismos hechos, el Tribunal Superior Primero Penal de San José absolvió el 8 de julio de 1997 a los tres expolicías, al otorgarles el beneficio de la duda.
No obstante, la Sala Tercera anuló la absolutoria el 5 de mayo de 1999.
En el fallo anterior los magistrados confirmaron la condena por el delito de abuso de autoridad para Nasralah, Guillén y Otárola, asi como para Raúl Quirós Bolaños, Carlos Camacho Hernández, Luis John Acosta y Gabriel Jiménez Rodríguez. Todos laboraban en la sección de Asaltos del OIJ.
Chacón Jinesta expresó que la sentencia es una muestra de que el Poder Judicial no está preparado ni profesional ni moralmente para sancionar a sus funcionarios.
"El único crimen que se sanciona con rigor es cuando se secuestra a un magistrado", agregó.
Por su parte, el abogado Gairaud dijo que es casi seguro que presentará un recurso de casación pues desde su punto de vista durante el debate no se probó que la muerte de Malcom ocurriera a consecuencia de una agresión de sus defendidos.