Una nueva rotonda buscará mejorar los desplazamientos en una cada vez más concurrida intersección guanacasteca.
Se trata del cruce de Nicoya, en la intersección entre la ruta 21 que comunica los cantones de Liberia, Santa Cruz, Carrillo, Nicoya y la zona peninsular, con la ruta 150 (que lleva hacia la costa, a playas como Sámara y Nosara), el cual actualmente se maneja mediante semáforos.
Los trabajos en ese sector iniciaron el viernes y según el director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mauricio Sojo, buscan permitir el flujo continuo de vehículos en ese cruce y minimizar los congestionamientos que se generan actualmente en la zona que es concurrida por locales y turistas.

Las obras tienen un costo de ¢600 millones y se financiarán con recursos del Conavi. Los trabajos en ese sitio se extenderán por los próximos 4 meses.
El proyecto contempla la construcción de una rotonda, así como nuevas aceras, cruces peatonales y bahías para autobuses. Además, la Municipalidad de Nicoya se encargará de las labores complementarias, que incluyen la reubicación de infraestructura existente y la reorganización de áreas del jardín que han sido intervenidas en los últimos años.
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Esta sería la segunda obra de este tipo que se desarrolla fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM), sin considerar las 9 que forman parte de la ampliación de la ruta 32.
La otra rotonda que se empezó a construir recientemente se ubica en Muelle de San Carlos y según el Conavi estará lista en octubre de este año, con una inversión de ¢1.000 millones. Adicionalmente, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) había anunciado una obra similar en la intersección de playa Herradura, sobre la Costanera sur.
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En el caso de la ruta 32, la construcción de rotondas ha sido cuestionada por expertos, pues consideran que estas no están diseñadas para tránsito de vehículos pesados, además de que reducen el nivel de servicio de esta ruta.

En la GAM, el año pasado se ejecutó también con recursos del Conavi, la rotonda de Hacienda Vieja, la cual tuvo un costo de ¢1.000 millones y buscaba favorecer la circulación de los vehículos desde la Florencio del Castillo hacia Curridabat y San Francisco de Dos Ríos.
