El oficial del tránsito Édgar Araya Fallas, de 36 años, falleció ayer a las 0:55 a. m. cuando fue atropellado por un vehículo, cuyo conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia.
El accidente se produjo cuando nueve inspectores realizaban en la radial a Alajuela –en el sector entre el aeropuerto Juan Santamaría y el Mall Internacional– un operativo para sancionar a conductores que participaban en piques.
El sospechoso de causar el percance fue identificado por la policía como Allan Rosales Espinoza, de 24 años.
La policía dijo que en el momento del accidente no portaba licencia de conducir. Rosales sufrió lesiones que obligaron a llevarlo al hospital México.
La Fiscalía de Alajuela, luego de indagarlo en ese centro médico, solicitó contra él un año de prisión preventiva como presunto implicado en el delito de homicidio simple, que es sancionado en el artículo 111 del Código Penal con prisión de 12 a 18 años de cárcel.
Cumplía deber
El oficial Édgar Araya era funcionario de la región central del Tránsito, en San José.
Entre sus funciones estaba la atención de accidentes en la capital. Empero, anteayer la Delegación del Tránsito de Alajuela solicitó a las 8 p. m. apoyo a San José pues tenía un operativo contra choferes que participan en piques en la radial Francisco J. Orlich.
Araya se ofreció a participar en el operativo, junto con otros dos compañeros de San José.
La acción policial empezó pocos minutos después de las 9 p. m. Los policías se ubicaron entre el Mall Internacional y el aeropuerto, frente al almacén Rafael Ángel Umaña.
Colocaron conos de seguridad en el carril interno, además de que las unidades policiales tenían las luces rotatorias encendidas.
Según datos del Tránsito de Alajuela, se hicieron unas 40 boletas, principalmente por exceso de velocidad.
Las autoridades dijeron que a las 0:55 a. m., mientras Araya confeccionaba dentro del área de protección una boleta a un conductor, se aproximó el auto conducido por Rosales, al parecer con exceso de velocidad.
Otro inspector le hizo señales de alto. Sin embargo, en ese momento el vehículo comenzó a zigzaguear por la carretera y luego atropelló al oficial Araya. Recorrió 30 metros y golpeó por detrás a un taxi.
Araya fue lanzado debajo del taxi. El cuerpo quedó a 34 metros del sitio donde inicialmente fue golpeado, precisa el parte oficial de la Policía del Tránsito.
El auto de Rosales siguió por la radial, se desvió hacia la derecha para tomar la carretera Bernardo Soto, que lleva a San Ramón.
No obstante, el chofer perdió el control del vehículo, el cual chocó contra la valla de protección, ubicada a la derecha de la vía.
La policía sostuvo que la prueba de alcoholemia realizada por los oficiales del tránsito al imputado dio un resultado de 2,12, mientras el máximo permitido a un conductor es 0,49 (un trago o dos cervezas).
“Casi cuadruplicó la prueba”, dijo Ignacio Sánchez, director de la Policía de Tránsito.