Los magistrados de la Corte dictaron ayer "sentencia" en contra de su propio presidente, Edgar Cervantes Villalta, al negarle la posibilidad de reelegirse por cuatro años más. No alcanzó la mayoría simple de 12 votos que requería.
Esta decisión se tomó en una corta sesión, en la que los cinco magistrados que hicieron uso de la palabra lanzaron críticas contra la gestión de Cervantes y evidenciaron un interés para que el Poder Judicial entre en una corriente de cambio, mayor apertura y mejor distribución de los recursos.
La votación resultó empatada en 11 votos, contra los pronósticos que hablaban de que Cervantes tenía asegurados 12 de ellos y el grupo que lo oponía 10. No fue posible identificar claramente a los miembros de cada grupo en vista de que la votación fue secreta.
Todo transcurrió entre las 8:19 a. m. -hora en que se abrió la sesión- y las 9:53 a. m., momento en el cual, el presidente interino, Rodrigo Montenegro, terminó de leer la votación secreta y anunció el rechazo a la reelección y dio por concluida la cita, que fue pública.
¿Se retira?
Cabizbajo y a paso lento, Cervantes salió inmediatamente del salón de sesiones por la parte trasera, sin emitir declaración. Luego, se llamó a su oficina, pero su secretaria dijo que no se iba a referir al tema. Hasta el momento -oficialmente- se desconoce si someterá su candidatura para el puesto.
Sin embargo, anoche, Telenoticias dijo que recibió un mensaje de Cervantes donde indica que se "jubilará" a partir del 15 de mayo -cuando vence su período como presidente- y que por el momento "no se ha despedido de nadie".
Según se detalló en el Departamento de Información y Relaciones Públicas del Poder Judicial, ahora Cervantes deberá de convocar a una nueva sesión en donde se seleccionará al próximo jerarca entre los aspirantes que se postulen. La fecha aún es desconocida, aunque el magistrado Rodolfo Piza sostuvo que la Corte tendrá hasta tres meses de tiempo, a partir de ayer, para hacer el nombramiento.
La persona que resulte elegida requerirá de mayoría simple del quórum, que lo conforman 15 de los 22 magistrados.
De inmediato trascendieron varios nombres de posibles aspirantes a la Presidencia: Luis Fernando Solano, Orlando Aguirre y Luis Paulino Mora. (Véase nota aparte.)
Esta es la primera vez, en los últimos 50 años, que la Corte no reelige a un presidente que se haya postulado para ello, según corroboró ese Departamento de prensa. De esa fecha a la actualidad, ocuparon ese puesto Fernando Baudrit (1955-1975), Fernando Coto (1975-1980), Ulises Odio (1980-1986) y Miguel Blanco (1986-1990).
Cervantes, de 67 años de edad, lleva 47 en el Poder Judicial, 28 de los cuales ha sido magistrado; es presidente desde 1990.
Ayer, llegó a la votación precedido por una serie de críticas, entre ellas, la concentración de poder, acrecentado esto por el ejercicio simultáneo de la presidencia de la Sala Primera, de la Corte Plena y del Consejo Superior.
También, en medio del deterioro de la imagen del Poder Judicial. Recientemente así lo reportó una encuesta auspiciada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde los niveles de credibilidad fueron muy bajos.
Sin defensa
En el momento de repartir los papeles en donde debían de votar por "sí" o "no", ya cinco magistrados la habían emprendido con críticas hacia el desempeño de Cervantes; ninguno del grupo que lo apoyó hizo uso de la palabra.
Alfonso Chaves, de la Sala Tercera, fue el más frontal. Tras enumerar una serie de argumentos contrarios a la reelección y varios señalamientos sobre la función de Cervantes, sostuvo que este "abusa de lo que no hay que abusar y no usa lo que tiene que usar".
Asimismo cuestionó los motivos que el Presidente expuso como bases de su reelección, tales como ser el primer presidente del nuevo milenio, cumplir 50 años de servicio estando en el puesto y terminar la construcción del edificio judicial en Hatillo. "¿En qué se beneficia la administración de justicia con eso? ¿Qué beneficio obtiene el país con que Edgar Cervantes rompa récords? Por supuesto que ninguno", sentenció Chaves.
Para Rodolfo Piza, el cambio es necesario por cuanto debe variar el "perfil" del presidente, cuyo carácter es el de "cabeza visible, mucho más hacia afuera que hacia adentro", además de ser "un director de orquesta excepcional y extraordinario, que dirija la orquesta pero que no se baje a tocar el violín".
Zarella Villanueva, por su parte, propugnó por paralizar la construcción en Hatillo y más bien destinar esos fondos a una revisión, análisis y corrección del Segundo Circuito Judicial, en Goicoechea, San José. Ella se pronunció a favor de que se elimine en su totalidad la posibilidad de reelección en la Presidencia de la Corte y sostuvo que el postulante debe llevar un plan definido para un plazo definido.
Carlos Arguedas expuso que en este momento la Corte experimenta un "cambio generacional", que "no es simplemente un cambio de edad, sino un cambio de cultura", que ha sido difícil de manejar para Cervantes, de quien señaló "ha realizado su función en términos de absoluta eficiencia y honestidad".
Durante su intervención, álvaro Fernández se quejó porque, según su criterio, han continuado los nombramientos "a dedo", lo que crea problemas de temor en los jueces: "El temor humano existe, pero es peligroso para el ejercicio de su función judicial".
Mientras sus compañeros hablaban, Cervantes se mantuvo atento y en silencio, únicamente intercambió algunas opiniones al oído con Ricardo Zamora.