El cardenal de Cuba, Jaime Ortega Alamino, visitará Costa Rica para ofrecer una charla sobre derechos humanos, oficiar una misa y participar en una serie de actividades privadas.
Viene invitado por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), con sede en nuestro país, y por la Iglesia Católica. Permanecerá en San José desde el 24 y hasta el 28 de octubre.
Victoria Napky, asistente de la dirección ejecutiva del IIDH, informó por medio de su oficina de que el religioso dictará la conferencia magistral "Educación en derechos humanos según la doctrina social de la Iglesia".
La actividad se llevará a cabo el viernes 26 de octubre, a las 7:30 p. m., en las instalaciones de ese organismo, ubicadas en Los Yoses, San Pedro de Montes de Oca. La entrada es gratuita.
El también arzobispo de La Habana oficiará una misa en la Catedral Metropolitana, el domingo 28 , a la 10 a. m.
Ortega Alamino pretende departir con la colonia cubana residente en el país, según explicó monseñor Román Arrieta, arzobispo de San José.
De acuerdo con los organizadores de la visita, Ortega de 64 años solamente asistirá a esas dos actividades públicas.
Como parte de su agenda, el cardenal también mantendrá reuniones privadas que se están concretando en estos días, por lo que cual los organizadores no revelaron mayores detalles.
Gran impulsor
Jaime Ortega Alamino fue el principal artífice de la visita que realizó el papa Juan Pablo II a la isla, en enero de 1998.
Además, el purpurado es reconocido como un incansable promotor del fortalecimiento de la Iglesia Católica en la isla más grande de las Antillas.
Entre otros logros, se le atribuye lograr que Fidel Castro declarara festiva la Navidad, en 1997, 28 años después de que el régimen le quitó esa característica.
Como arzobispo de La Habana, impulsó una versión del catecismo más simple e inteligible, impulsó la creación de dos nuevas diócesis y puso al frente de ellas y de la mayoría de las parroquias a obispos y sacerdotes jóvenes.
Sin embargo, también sufrió la persecución del régimen castrista, que lo encarceló en la década de 1960, durante 10 meses, por considerarlo un "enemigo de la revolución".