Tres pandillas mantienen dominada la comunidad de Rincón Grande de Pavas, la cual sábado y domingo fue escenario de violentos incidentes donde murió Omar Montero Salas, de 18 años.
Los grupos tienen una organización casi perfecta. Alertan de los policías por medio de campanas (individuos) que emiten un silbido y, en segundos, sospechosos y evidencias desaparecen.
El grado de inseguridad es muy alto, pues la población de Rincón Grande, con 58.000 habitantes, es vigilada por seis efectivos por turno, cuya base de operaciones no tiene teléfono, solo dos motos de bajo cilindraje y radios portátiles con alcance limitado.
Precisamente, ayer el ambiente en esa comunidad al oeste de San José se mantuvo en calma. Policías vigilaban sitios estratégicos, al tiempo que vecinos y comerciantes externaron preocupación por la posibilidad de que en las próximas horas reviviera la violencia.
Rincón Grande de Pavas es una localidad afectada por el hacinamiento, donde no existen parques ni áreas recreativas, lo cual propicia el desarrollo de grupos violentos.
Sancionan a policías
Los oficiales de apellidos Ureña Mayorga y Castillo Mena, de la Sexta Comisaría, los primeros policías que acudieron el viernes a Finca San Juan para atender una denuncia por asalto y se enfrentaron con un grupo de jóvenes, fueron suspendidos.
El ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, explicó que esa decisión es un procedimiento seguido por la Inspección Policial mientras se determina si existió mala actuación de ellos y si tienen responsabilidad en el crimen.
Paralelamente, la Policía Judicial comunicó que dos armas calibre 45 usadas por los radiopatrulleros están siendo sometidas a análisis de balística.
En principio procuran determinar si alguna de ellas fue percutida recientemente. No obstante, se advirtió que el trabajo será complicado porque el joven muerto tenía orificio de entrada y salida.
Esto significa que el plomo, donde quedan marcas que permiten saber de cuál arma fue disparada, salió del cuerpo. Tampoco había certeza de contar con un casquillo pues el día del homicidio la recolección de indicios en el lugar fue complicada.
Un compromiso
El ministro Ramos rechazó ayer que el domingo, para levantar los bloqueos, se llegara a un acuerdo con líderes de la comunidad y familiares del joven muerto. "Lo que hice es un compromiso con la gente para mantenerlos informados sobre la marcha de la investigación. No he dicho que la policía no va a entrar ahí. Garantizamos la seguridad ciudadana".
Mientras, Guillermo Arroyo, de la Cruz Roja Costarricense, manifestó que esa institución únicamente brindará servicios en Rincón Grande de Pavas hasta donde los socorristas sientan que no hay riesgo. Advirtió que la medida se mantendrá hasta que la situación se normalice.
Las barras
Un estudio social sobre las barras en Rincón Grande de Pavas, detalló que involucra a jóvenes adolescentes que viven en un ambiente de inseguridad.
La investigación la hicieron, en 1996, el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Centro de Naciones Unidas para Asentamientos Humanos y el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos.
Usualmente, son grupos numerosos, de 15 o más, con un líder identificado que participa en acciones de violencia contra otras barras o la población del lugar.
Las barras existentes tienen cinco o más años y generalmente sus miembros se mantienen. Tienen un arraigado sentido de pertenencia a alguno de los barrios de Rincón Grande.
El líder, se dice, se hace respetar y se comporta con valentía en enfrentamientos con autoridades, pero ante todo tiene la capacidad de imponer la unidad y la lealtad entre sus miembros.