Las inquietas abejas están en la lista de los grupos de insectos más estudiados del planeta. Por esa razón, los biólogos celebran a lo grande que se agregue un nuevo nombre a la “familia”.
Eso sucedió hace algunos días cuando el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) recibió la noticia de que en nuestras latitudes viven dos especies nunca antes registradas por los especialistas.
Se trata de las abejas Caupolicana inbio y Caupolicana rozenorum . Ambas pertenecen al grupo de las abejas solitarias , conocidas así porque no viven en colmenas, sino que construyen “techo aparte” –se intuye que viven en el suelo–.
“Su principal diferencia con el resto de abejas es morfológica; por ejemplo, carecen de pelitos en ciertas partes del abdomen. También prefieren buscar alimento –néctar– en las primeras horas del día y cuando anochece”, explicó Carolina Godoy, curadora del INBio.
La especie Caupolicana inbio fue recolectada por personal del INBio en diferentes zonas de Costa Rica. Mientras, el investigador estadounidense David Roubik, quien vive en Panamá, la encontró también en la provincia panameña de Chiriquí.
La otra abeja, Caupolicana rozenorum solo se ubicó en suelo costarricense, específicamente, en las cercanías de los volcanes Orosí y Rincón de la Vieja, en Guanacaste.
El INBio envió las especies a la Universidad de Kansas, Estados Unidos, a manos del taxónomo Charles Michener, máxima autoridad mundial en estudios de abejas, quien publicó –con otros dos colaboradores– un amplio trabajo sobre el hallazgo.
“La ubicación de esas especies, en Centroamérica, llena un vacío porque solo existían reportes de ese grupo – Caupolicana – en el norte y sur del continente”, finalizó Godoy.