Un norteamericano, residente en Costa Rica desde hace varios años, sería la persona que, según la investigación de la televisora ABC Detroit, sirvió como contacto entre un grupo de 167 turistas en aventura sexual y redes de proxenetismo (explotadores) en playa Flamingo, Guanacaste.
Una de las proxenetas –captada por una cámara oculta– contó a los periodistas estadounidenses que unas 70 prostitutas habrían pagado $300 (más de ¢120.000), cada una, a ese extranjero.
Con eso tuvieron acceso a los Michigan Boys, turistas de Michigan que participaron aquí en un torneo de pesca. Las mujeres recibieron un brazalete que les permitió ingresar al hotel de los extranjeros, registradas como “amigas”.
Desde el domingo, ABC Detroit ha difundido una serie de reportajes sobre el viaje, que tuvo lugar entre el 28 de mayo y el 2 de abril.
La cadena televisiva, al igual que un equipo de La Nación que estuvo en la zona, constataron la movilización de más de un centenar de prostitutas.
Juez y policía
A principios de semana, la organización no gubernamental Casa Alianza presentó en San José un informe a la Fiscalía de Delitos Sexuales. Contiene el detalle de sus pesquisas en torno al caso.
El Ministerio Público –órgano acusador del Estado– pretende sentar responsabilidades para aquellas personas que obtuvieron beneficios económicos en el caso.
ABC conversó con dos jefes policiales, un juez y el presidente de la junta directiva de una escuela, participantes del Michigan Boys Tour (Viaje de muchachos de Michigan). Todos negaron haber entablado negociaciones con las prostitutas.
Danny Clark, jefe de la policía de Warren, en Detroit, ha perseguido en su país a proxenetas.
Empero, esa experiencia y los conocimientos adquiridos tras una prolongada carrera policial no fueron suficientes para percatarse de que las mujeres con quienes se topó en Costa Rica ofrecían servicios sexuales.
“No sabía que eran prostitutas, aunque eso cruzó por mi mente. Fui a Costa Rica por un viaje de pesca. No solicité a ninguna prostituta ni usé sus servicios”, dijo al periodista Steve Wilson, de ABC Detroit . Su rostro no podía ocultar la honda preocupación que lo embargaba al momento de la entrevista.
ABC también encaró al juez Edward Servitto, otro de los turistas. Durante la plática, el juez se hizo acompañar por su esposa.
“¿Sugiere usted que no puedo viajar a uno de los 40 grandes torneos de pesca del mundo? Solo porque usted esté cerca de gente que hace otras cosas... Yo no puedo dar cuenta por ellos”, le dijo al reportero.
Otro Michigan Boys, Monty Kruttlin –presidente de la junta directiva de la escuela Alcona– confirmó que estuvo en un hotel cercano, pero no participó en la fiesta ni se acercó a las prostitutas.
El sargento detective Lou Gallasso, de la policía de Warren, se limitó a decir que nunca hizo nada malo durante su estadía en Flamingo.
Pese al decir de los viajeros, los dos equipos periodísticos fueron testigos del constante ingreso de las mujeres a las habitaciones de los visitantes.
Fiesta “salvaje”
Como parte del reportaje, la cámara oculta de ABC se infiltró en la fiesta de despedida de los Michigan Boys.
Hombres y mujeres desnudos se divirtieron en la fiesta de espuma. En la cinta se escucha la voz de un animador, quien pidió a los presentes no tomar fotografías ni filmar el festejo.
Los 167 Michigan Boys vinieron al país en un avión rentado. Se reunieron en el restaurante Macomb County (en Detroit) antes de tomar el vuelo.