La periodista Marcela Loría, del radionoticiero Econews , no pasa en su vehículo “ni amarrada” por los semáforos de los Hatillos, al oeste de la capital.
Solo pensar en esa posibilidad la pone en un puro temblor. “Una queda afectada; prefiero manejar por San José, buscar otras rutas, aunque sean más largas…”.
Y no es para menos. Loría es solo una de las 100 conductoras asaltadas en los últimos seis meses por delincuentes cuando hacían el alto en semáforos de Hatillo 4, Hatillo 6 y Hatillo 8.
Se trata, de acuerdo con informes del OIJ y la Fuerza Pública, de las intercepciones más peligrosas de todo el país.
“Quedamos bastante nerviosos. Iba con mis hijos y nos asaltaron oscureciendo, como a las 6 de la tarde. A mis hijos aún les cuesta dormir”, relata Gabriela Zamora, atacada por delincuentes en los semáforos de Hatillo 8.
A ella, al igual que a las otras víctimas, le quebraron una de las ventanas para robarle el bolso.
Aunque en ese momento habían muchas personas en el sitio, nadie acudió en su auxilio.
“Falta solidaridad pero también mucha prevención. La gente no debe llevar nada de valor a la vista; eso alienta a los delincuentes”, afirma Gregorio Abarca, jefe policial de Hatillo.
Ladrones identificados. Los atracos son cometidos por unos 30 hampones, de entre 12 y 25 años de edad, todos vecinos de los Hatillos, de acuerdo con informes de las autoridades judiciales.
Aunque casi siempre actúan solos, en ocasiones se unen de tres a cuatro muchachos para atacar a las desprevenidas mujeres.
“Unos pasan por delante para distraer a la conductora y otro destroza la ventana para agarrar lo que pueda y salir corriendo hacia las alamedas”, dice Abarca.
El OIJ sostiene que los asaltos ocurren a toda hora, pero son más frecuentes a partir de las 3 p. m., cuando se forman largas filas de carros en las intercepciones.
Las autoridades sostienen que se trata, en su mayoría, de jóvenes desempleados, algunos de los cuales se hacen pasar por vendedores de legumbres y gelatinas.
Otros, los de menor edad, entre ellos niños de 12 años, simulan ser limosneros para cometer los atracos, asegura Abarca.
“Hace pocos días detuvimos a dos sujetos por solicitud del OIJ. Ya existía orden de captura contra ellos. Uno de los sospechosos apenas tiene 12 años”, indicó.
Las más peligrosas. La intercepción más visitada por los delincuentes es la de Hatillo 6 –junto al Más x Menos– donde, entre agosto y este mes se reportaron 57 asaltos. Le sigue la rotonda del antiguo Rancho Guanacaste, con 29 ataques, y la de Hatillo 4, con 25.
En todos los casos, las víctimas viajaban solas y llevaban artículos de valor sobre los asientos de su vehículo, casi siempre sus bolsos.
A todas, les quebraron una ventanilla con una piedra o un tubo.
Actualmente, la Fuerza Pública envía patrullas durante las llamadas “horas pico” para detener sospechosos y corroborar si cuentan con órdenes de captura.
Además, prohíben la permanencia de personas en los puentes peatonales porque comprobaron que, en la mayoría de los casos, son quienes eligen a las víctimas para dar aviso a sus cómplices, que esperan junto a los semáforos.
“Antes los trasladábamos hasta la Delegación pero ahora los requisamos en el mismo lugar para que la gente los vea y pueda identificarlos”, dijo el jefe policial.
Muchos de los detenidos enfrentan serios problemas de adicción a las drogas y roban casi exclusivamente para comprar crack o marihuana, cree la policía.
Son nacionales. La mayoría de los delincuentes son costarricenses y, muchos, han sido filmados y fotografiados por las autoridades.
“Tenemos un archivo con ellos y eso nos facilitará identificarlos en caso de nuevos ataques”.
El principal problema con que topa la policía es que los ladrones huyen con bolsos y celulares hacia las alamedas cercanas. Para cuando los detienen, muchas horas, incluso días después, ya no tienen los artículos robados, lo que impide acusarlos penalmente.
Otro contratiempo es ubicar testigos porque, en muchos casos, se trata de vecinos que temen declarar contra los hampones por temor a represalias.
“A la par de mi casa viven tres muchachos que se dedican a robar en los semáforos. Si se me ocurre declarar contra ellos de seguro me matan o me queman la casa”, declaró una lugareña.
Pese a ello, han logrado llevar ante la Fiscalía a una docena de sospechosos.
“Lo ideal es que llamen a la policía de Hatillo cuando vean gente sospechosa cerca de los semáforos. No deben llevar nada de valor en los asientos. Pueden incluso llamar a mi celular, el 822-12-58, a cualquier hora y mando policías de inmediato”, insiste Abarca.