
Bogotá. AFP. El gobierno colombiano del presidente Álvaro Uribe, que enfrenta un escándalo por vínculos de congresistas del oficialismo con grupos paramilitares, quedó envuelto en una nueva polémica por interceptaciones telefónicas no autorizadas que afianza a la oposición.
Las interceptaciones telefónicas, que Uribe asegura no autorizó, tenían el cometido de espiar a la oposición política, a periodistas y al propio gobierno, reveló el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Ante las interceptaciones, que salieron a la luz pública el domingo por la revelación en la revista Semana de conversaciones telefónicas de lugartenientes de varios jefes paramilitares desmovilizados y en prisión, Uribe removió a toda la cúpula de la Policía Nacional.
Analistas consultados coincidieron en señalar que la reacción de Uribe seguramente lo protegerá ante la opinión pública dada la alta popularidad de que goza, pero le reportará un gran desgaste político de cara a las elecciones regionales de octubre y le resta apoyos.
Imagen. También, consideran que este nuevo escándalo va a afectar su imagen ante la comunidad internacional, según indicaron, “por la gravedad de que un hecho de esta naturaleza, propio de los regimenes dictatoriales, se dé en un gobierno democrático”.
El politólogo y catedrático de la privada Universidad Javeriana de Bogotá, Carlos José Herrera, destacó que desde que Uribe fue reelegido (en mayo del 2006), “no ha tenido respiro por la sucesión de escándalos: polémica negociación con paramilitares, vínculos de políticos con éstos y espionaje telefónico”.
Por ello consideró que, al igual que los casos anteriores, y teniendo en cuenta la reacción de Uribe de remover a la cúpula policial, “el efecto teflón va actuar nuevamente sobre el presidente porque la opinión pública ve que reaccionó sacando a doce generales (de la Policía)”, dijo.
El exguerrillero y sociólogo León Valencia, previó que este nuevo escándalo “va a generar mucho rechazo internacional”, y en el plano nacional indicó que “la oposición tiene un nuevo argumento para denunciar abusos del gobierno”. Se quejó de que la opinión colombiana está “anestesiada” frente a tales abusos.