
El cuarto día de paro y disturbios en la zona periférica de El Alto dejaron ayer un muerto, en tanto los bloqueos de rutas circundantes endurecieron un cerco sobre La Paz, epicentro de cuatro semanas de protestas sociales en Bolivia.
La ciudad, de 700.000 habitantes, amaneció sin expendio de combustibles y gas doméstico a raíz de un bloqueo que por segundo día consecutivo impide el desplazamiento de un convoy de cisternas desde una planta de refinamiento ubicada a 10 kilómetros de El Alto.
Informes periodísticos afirmaban ayer que las seis principales rutas que confluyen en La Paz se hallaban bloqueadas con una notable merma en el abastecimiento de alimentos y productos agrícolas a sus mercados de consumo.
Paralelamente, nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en El Alto, una empobrecida ciudad aledaña a La Paz, provocaron la muerte de una persona, identificada como Wálter Huanca, y heridas a tres.
Huanca, de 27 años, recibió un impacto de bala en la cabeza, dijo un informe del Hospital de Clínicas de La Paz.
Paralelamente, autoridades investigaban el origen de una explosión que poco antes de la medianoche del viernes destrozó un tramo de un gasoducto que une a La Paz y El Alto.
El Alto permanece paralizada desde el miércoles, cuando se convirtió en escenario de violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Sus dirigentes cívicos y sindicales decretaron ese día un paro general e indefinido en adhesión a otras protestas que exigen el abandono de un proyecto para la exportación de gas por los puertos de Chile y la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
El mandatario descartó categóricamente que pretenda dejar el cargo antes del 6 de agosto del 2007, cuando cumplirá su mandato de cinco años, y reiteró que la agitación proviene de “minorías” antidemocráticas.
El Ministerio de Gobierno confirmó ayer la detención de siete policías, entre ellos tres oficiales, por sus nexos con David Vargas, un mayor dado de baja en esa institución.