Bruselas (DPA). El 15 de marzo, el gobierno griego del primer ministro socialista, Georgios Papandreou, se examina de matemáticas y estadística. La Unión Europea (UE) no está dispuesta a que el peor alumno de los 16 de la zona euro vuelva a suspender en esas asignaturas y falsee su abultado déficit público, arrastrando al colapso al resto de socios.
En ese sentido, los ministros de Economía y Finanzas de los 27 socios de la Unión Europea (UE) aprobaron hoy formalmente en un consejo del ramo (ECOFIN) en Bruselas el plan de ajuste que deberá aplicar Grecia para sanear sus desbocadas cuentas públicas y evitar un eventual “contagio” al resto de países que comparten la moneda única europea.
Bruselas hará la “primera evaluación” del plan de austeridad griego el próximo 15 de marzo y, según fuentes de la Comisión Europea, no piensa ceder ni un ápice a la hora de dar su nota final.
De esta manera, los titulares de Economía y Finanzas hicieron suyo el plan elaborado por la Comisión Europea, cuyo objetivo es que Atenas reduzca, para el 2012, su déficit público del 12,7 por ciento del PIB actual al 3,0 por ciento máximo que impone el Pacto de Estabilidad de la UE.
Ayer lunes, el plan de ajuste griego recibió la bendición de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, en la que está Grecia desde el 2001, pero que -gracias a sus “trampas contables”- podría correr el riesgo de abandonar o quedar relegada con el sanbenito de “poco fiable”.
Precisamente porque pocos en Bruselas se creen la “fábula griega”, los 27 decidieron que la Comisión Europea enviará a fines de esta semana o inicios de la que viene una misión de expertos a Grecia, integrada por miembros del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Se trata, sin tapujos, de hacer un marcaje férreo a Atenas y garantizar que traduce en hechos tangibles sus palabras de buena voluntad, a la hora de aplicar el estrecho corsé que necesitan sus finanzas públicas.
Entre las medidas que la UE exige a Grecia, además de una drástica rebaja del déficit estatal, podría incluirse una subida del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), según explicó hoy la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía de España, Elena Salgado.
“De momento Grecia está poniendo en marcha y tiene que poner en marcha muchas medidas que ya están anunciadas y dentro de un mes evaluaremos la situación. Y evidentemente, esa es una de las medidas que se contemplan, pero no está en absoluto decidido”, explicó.
“Si los riesgos que amenazan el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda se materializan, Grecia debe anunciar medidas adicionales a mediados de marzo”, aseguró hoy el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
Rehn anunció además que hasta este viernes quiere informaciones desde Atenas sobre antiguas maniobras financieras aparentemente diseñadas para ocultar el endeudamiento, según denunció el domingo la prensa norteamericana. “Está claro que estas acusaciones deben ser investigadas exhaustivamente”.
Rehn además pidió más derechos para la oficina europea de estadísticas Eurostat para revisar las cuentas estatales in situ.
El embuste de los griegos a la agencia europea de estadísticas, Eurostat, al mentir sobre su déficit público real, les ha valido la pérdida de credibilidad de los mercados internacionales, el recelo de las agencias de calificación y el enfado monumental del comisario de Competencia (y ex de Asuntos Económicos), Joaquín Almunia.
El mismo lunes, el ministro griego de Finanzas, Georgios Papacostantinou, aseguró que su país está determinado a reducir su galáctico déficit público, como le exige la Comisión Europea, pero también admitió que ya “nadie se cree” las promesas de Atenas.
“Haremos lo que haga falta para bajar el déficit, a pesar de que la gente no nos cree”, se lamentó Papacostantinou.
El gobierno socialista en Atenas anunció esta noche que se investigará quién tiene la culpa de la transmisión de datos falsos a la UE y de la contabilidad constructiva griega. “Queremos saber quién es el culpable”, indicó el representante legislativo de los socialistas Christos Papoutsis en el Parlamento. Además anunció una comisión investigadora.
Para el 2009, Atenas había dado una cifra de déficit público del 6,7 por ciento del PIB, mientras que el guarismo real era del 12,7 por ciento, muy por encima del techo máximo que estipula el Pacto de Estabilidad de la UE.
Que nadie se fía de Atenas es una realidad tangible, especialmente entre bastidores del Consejo de Economía (ECOFIN) y también entre los ministros del Eurogrupo. A Atenas le costará tiempo eliminar el “síndrome Pinocho” que pende sobre su cabeza y por ello, el ajuste será especialmente duro.
Se acerca, por ello, la “primavera de las rebajas”. Pero no se trata de jugosas reducciones de precios, como las que se ven en las tiendas. Se avecinan recortes en sueldos públicos, pensiones y una subida de la edad de jubilación. Grecia busca desesperadamente ahorrar, reducir su impresionante déficit y volver a ser un país creíble en 2012.
El primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, pidió al gobierno socialista griego más esfuerzos.
“Grecia tendrá que tomar medidas excepcionales”, comentó. Los problemas financieros que padece Grecia han arrastrado a la zona euro (16 socios) a la crisis de credibilidad más grave en sus 11 años de vida y han disparado los temores a una posible suspensión de pagos del país.