El presidente peruano, Alejandro Toledo, cumplirá mañana miércoles tres años en el poder, en medio de denuncias de corrupción, casi huérfano de apoyo popular y con pronóstico reservado para sus dos últimos años de gestión ante pedidos de recorte de su mandato.
El aniversario llega en una atmósfera de escándalo que llegó a su clímax luego de que el mandatario y su esposa, Eliane Karp, fueron acusados, ayer, de tener una cuenta por más de $5 millones en un banco de Luxemburgo, producto de un soborno, según dijo su exasesor legal César Almeyda.
A ello se agregó casi simultáneamente un terremoto político por la severa derrota que sufrió el gobierno a manos de la oposición con la elección de Antero Flores Araoz como nuevo presidente del Congreso, organismo que desde el inicio del gobierno, en el 2001, estaba bajo control del oficialista Perú Posible.
Baja popularidad
Este panorama tiene como telón de fondo la escasa popularidad del mandatario, que está en sus peores niveles entre 7 y 9% de aprobación y una desaprobación que bordea el 90%.
Flores Araoz, de la alianza conservadora Unidad Nacional, fue elegido con el voto de la principal fuerza de oposición, el socialdemócrata partido APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) del expresidente Alan García, un severo crítico del gobierno, y de otras fuerzas menores.
Tocado directamente por la denuncia de haber recibido un soborno por un monto de $5 millones, el presidente Toledo anunció estar dispuesto a levantar su secreto bancario.
“Cuando llegue el momento, cuando la justicia lo amerite, yo no tengo ningún temor, y quiero que sepan que yo autorizaré dentro del marco de la ley el levantamiento de mi secreto bancario en el Perú y el mundo”, dijo.
Acusó de las “especulaciones” a “la mafia”, es decir, a la red de corrupción de Vladimiro Montesinos, exbrazo derecho del destituido presidente Alberto Fujimori (1990-2000), prófugo en Japón.
La revista Caretas dijo que Toledo recibió el soborno de una compañía a la cual él presionó.
“Esta empresa era asistida por la ley, pero el presidente le hizo creer que su intervención y la presión que ejerció resultó favoreciéndola”, señaló la revista.