Estambul. EFE, AP y AFP. El terrorismo escogió el martes el corazón turístico de Estambul –la mayor ciudad de Turquía– para detonar un explosivo que mató a diez turistas y dejó heridos a 15, varios de ellos de gravedad.
Un atacante suicida, de 27 años, que según el Gobierno turco era miembro del grupo yihadista Estado Islámico (EI) , detonó su carga entre los dos obeliscos históricos en la explanada del barrio de Sultanahmet , que reúne muchos de los atractivos que seducen a los vistantes.
El EI no se había atribuido el golpe, pero su posible responsabilidad es muy verosímil pues, desde el año anterior, Turquía se ha involucrado de lleno en el combate del terrorismo yihadista en Siria.
Entre los fallecidos había ocho alemanes y un peruano. No se había establecido la nacionalidad de la otra víctima letal.
Se temía que la cantidad de muertos aumentara dado que entre los 15 heridos (nueve de ellos germanos y otro peruano) varios estaban graves.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, afirmó que al atentado lo cometió “un miembro del Dáesh (acrónimo árabe del Estado Islámico), de nacionalidad extranjera”.

“Turquía no dará ni un paso atrás en su lucha contra Déesh”, manifestó. “Esta organización terrorista, los agresores y todas sus conexiones serán encontradas y recibirán las sanciones que merecen” .
Horas antes, un portavoz del Gobierno indicó que el atacante era un sirio nacido en 1988.
Suma violencia. La potente explosión se escuchó en varios barrios de Estambul hasta una distancia de al menos 2,5 kilómetros, pero al producirse en una explanada quizás evitó daños en edificios y monumentos.
“Oí una fuerte explosión y luego muchos gritos. Después vi una bola de fuego y me fui corriendo”, relató un hombre que no dio su nombre. “Estoy completamente seguro de que no era una bomba, sino un atentado suicida”, añadió.
“La explosión fue tan fuerte que el suelo tembló”, confirmó Caroline, una turista. “Huí con mi hija y nos refugiamos en un edificio cercano”.
Turquía vive en estado de alerta permanente desde el doble atentado suicida del 10 de octubre en Ankara , en el que hubo 103 muertos y 500 heridos. El ataque, atribuido al EI, iba dirigido contra manifestantes prokurdos.
El presidente Recep Tayyip Erdogan, acusado de ser indulgente con los yihadistas sirios, decidió en el 2015 participar en la coalición que encabeza Estados Unidos para combatir al EI y el país ha arrestado a numerosos presuntos terroristas.
Erdogan expresó el martes que el país euroasiático “es el primer objetivo de las organizaciones terroristas que actúan en la región porque Turquía lucha contra ellas de forma decidida ”.
El ataque ya causó un profundo impacto en la industria del turismo, ya que numerosas reservas se cancelaron momentos después, aseguró el presidente de la Asociación Sultanahmet de Turismo, Yasar Yavuz, en declaraciones al diario Hürriyet.
“Hay 7.000 hoteles en esta zona. Los turistas ahora quieren irse. Ya están buscando boletos (para regresar a sus países). Con esta explosión, el año 2016 ha terminado para nosotros” , lamentó el empresario.
La explanada de Sultanahmet, que comunica la Mezquita Azul con la basílica de Santa Sofia, el palacio de Topkapi y el aljibe bizantino es el lugar con mayor afluencia de turistas de Estambul, ciudad que recibe al año casi 10 millones de viajeros.