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Catorce personas murieron en los enfrentamientos del martes en Turquía entre las fuerzas del orden y manifestantes kurdos que denunciaban el inmovilismo de Ankara frente a los yihadistas en Siria, según un nuevo recuento del miércoles de fuentes de seguridad y de la prensa.
Un balance anterior daba cuenta de 12 muertos.
Los peores incidentes se registraron en Diyarbakir, principal localidad de la zona kurda en el sureste de Turquía, donde murieron ocho manifestantes, según el diario Hurriyet.
Una fuente de seguridad local confirmó esta cifra a la AFP.
Las fuerzas del orden reprimieron toda manifestación en otras ciudades del sureste anatolio. Los enfrentamientos opusieron además a militantes kurdos con adversarios políticos, principalmente del pequeño partido islamista HUDA-PAR.
Movilizadas por el principal partido político kurdo de Turquía, miles de personas salieron a las calles en todo el país para denunciar el rechazo de Ankara a ayudar militarmente a la ciudad kurdosiria de Kobane (Ain al Arab en árabe) que está a punto de caer en manos de los yihadistas del Estado Islámico (EI).
Se registraron además numerosos heridos e importantes daños materiales, especialmente contra edificios públicos o pertenecientes al Partido Justicia y Desarrollo, (islamo-conservador), del presidente Recep Tayyip Erdogan. También se incendiaron vehículos y se saquearon bancos y tiendas.
La policía detuvo a al menos 98 personas en Estambul, según la agencia de prensa Dogan.
Las autoridades locales decretaron un toque de queda en Diyarbakir, Mardin (sureste) y Van (este), donde el ejército tomó posiciones, una medida inaudita desde hace más de una década.
Pese a que el parlamento turco aprobó la semana pasada una intervención militar contra el grupo EI, Ankara no se ha implicado hasta ahora en la defensa de Kobane, cerca de la frontera turca.
Si Kobane cae, las negociaciones de paz iniciadas hace dos años entre Ankara y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) llegarán a su fin, advirtieron los kurdos.
