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Un grupo de personas se congregó fuera de la iglesia de San Antonio en Colombo, Sri Lanka, el 22 de abril del 2019. AFP (MOHD RASFAN/AFP)
Colombo. “Tengo miedo, por supuesto. Pero debemos ir a la iglesia”, confiesa Ranjan Christopher Fernard, un taxista cristiano que pretende ir a rezar con su familia por los muertos de los atentados de Sri Lanka, desafiando al temor.
Este hombre, de 55 años, vive en Negombo, donde la iglesia de San Sebastián fue blanco de uno de los ataques que dejaron 290 muertos el domingo de Pascua.
Uno de sus amigos perdió a su hijo de 11 años. “Tengo miedo, por supuesto”, dice. “Pero tenemos que ir a la iglesia, tenemos que orar por los heridos, para que mejoren rápidamente”. “Esta noche todos iremos a la iglesia a orar por las víctimas”.
Los atentados, atribuidos por las autoridades a un movimiento islamista local, apuntaron a cuatro hoteles y tres iglesias durante la misa de Pascua, lo que sumió en el duelo a la minoría cristiana, que representa solo el 7% de los 21 millones de habitantes de esta isla predominantemente budista (70%). El país cuenta además con un 12% de hindúes y un 10% de musulmanes.
Todas las conmemoraciones de Semana Santa fueron canceladas en el país.
“Algunas personas pueden tener miedo de ir a la iglesia ahora, por el momento no sé qué decir”, expresa el padre Lour Fernando, cerca de la iglesia de San Sebastián.
“Tenemos que mantenernos fuertes y seguir yendo a la iglesia, seguir rezando”, animó Fernando. “No podemos detenernos”.
Estos atentados despertaron el recuerdo del período negro de la guerra civil, que acabó hace justo 10 años. Los cristianos en general no eran blanco de la violencia en el país, principalmente porque las tensiones se daban entre budistas y musulmanes.
¿Protección necesaria?
Los católicos son vistos como una fuerza unificadora en Sri Lanka porque los hay tanto entre los tamiles como entre la mayoría cingalesa.
"Nunca pensamos que éramos un objetivo, nunca creímos necesitar protección", explicó un sacerdote presente en San Sebastián.
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Pero otros señalan que hubo avisos. Un alto funcionario de la Policía de Sri Lanka advirtió hace 10 días, basándose en información de una agencia de inteligencia extranjera, que un movimiento islamista estaba planeando “atentados suicidas contra importantes iglesias”.
Un pastor de la Iglesia Popular de Colombo, que desea permanecer en el anonimato, afirma que la Policía advirtió a los templos la semana pasada que estuvieran atentos ante posibles “incidentes”.
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El personal de seguridad inspeccionó el interior de la Iglesia de San Sebastián en Negombo, Sri Lanka, el lunes 22 de abril de 2019. AFP (JEWEL SAMAD/AFP)
“Aumentamos la seguridad en nuestra iglesia la semana pasada y también registramos los vehículos que ingresan en nuestra propiedad”, manifiesta.
“Aunque se pidió estar atentos de un modo general, algunas iglesias se relajaron porque no había detalles”, añade.
"Tengo la impresión de que se podían haber evitado muertes si hubiéramos estado más atentos".
Algunos cristianos temen que estos ataques conduzcan a una violencia comunitaria generalizada.
“Esta carnicería en el día de Pascua parece un intento de dividir a las comunidades”, opina Lakshmi Shanmugam, una cristiana de 77 años casada con un budista.
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"No hemos aprendido nada de casi tres décadas de conflicto... Nuestros líderes no se concentraron lo suficiente en la reconciliación", se lamentó.
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Sri Lanka, un país muy golpeado por la violencia política desde principios de los años 1970.
"A pesar de todas las conversaciones sobre la protección de las minorías étnicas y religiosas, todavía vivimos con miedo".
El arzobispo de Colombo instó el domingo al gobierno de Sri Lanka a "castigar sin piedad" a los responsables de los ataques.
Al mismo tiempo, pidió “a todos los habitantes de Sri Lanka que no se tomen la justicia por su mano y mantengan la paz y la armonía de este país”.