Belfast . Activistas probritánicos preparaban ayer enormes hogueras en vecindarios protestantes de Irlanda del Norte, en medio de temores de que un resurgimiento de la violencia alcance su clímax en la tensa "estación de marchas" de la provincia.
La violencia callejera se ha incrementado en los últimos meses, y los republicanos católicos que quieren poner fin al gobierno británico en la provincia se han quejado de la decisión de permitir marchas hoy a través de dos distritos que han sido focos de conflictos en Belfast.
En un recordatorio de las tensiones latentes, desconocidos prendieron fuego a una iglesia católica en un pueblo al noroeste de Belfast durante la madrugada, y la policía confiscó un arsenal de bombas incendiarias en el distrito católico de Short Strand, en Belfast, escenario de disturbios el mes pasado.
Celebraciones protestantes
Las enormes pilas de paletas de madera en espacios públicos de la provincia iban a ser encendidas ayer en la noche para marcar el comienzo de las celebraciones protestantes de una victoria del siglo XVII sobre los católicos.
"Nací en Belfast, pero nunca he visto nada como esto", dijo Steve Robinson, de 43 años, un ciudadano canadiense que se encontraba de visita, mientras observaba una enorme hoguera coronada por tres banderas tricolor irlandesas, en un pedazo de tierra baldía en el área protestante de Shankill Road.
En el distrito probritánico de Sandy Row, cercano al centro de Belfast, las banderitas británicas se entrecruzaban con los colores rojo, blanco y azul al borde de la acera, usados para marcar el territorio de los probritánicos, y que han sido vueltas a pintar recientemente.
El propio centro de la ciudad estaba tranquilo, muchas personas y negocios cerraron temprano en vísperas de la vacación del 12 de julio y grandes personas de ambas comunidades tomaron sus vacaciones de verano durante la estación de marchas, para escapar de la tensión.