Ciudad de Guatemala. ACAN-EFE. El asesinato de otro chofer del transporte colectivo obligó ayer a los transportistas a suspender el servicio en un sector del noreste de la capital guatemalteca, para exigir seguridad al gobierno.
En el paro del servicio participan al menos 250 choferes y sus ayudantes, y son afectadas más de 30.000 personas que a diario utilizan el transporte colectivo en esa zona de la ciudad.
Según un reporte de la Policía Nacional Civil (PNC), un grupo de hombres armados que viajaban en un vehículo, supuestamente pandilleros juveniles, atacaron anoche una unidad de transporte.
El chofer de la unidad, identificado como Genard Esteban Godoy, de 25 años de edad, murió al ingreso a la sala de urgencia de un hospital público, debido a las múltiples heridas de bala.
Otras seis personas, pasajeros de la unidad, resultaron con heridas de gravedad.
Según la PNC, las atacantes utilizaron fusiles de asalto AK-47 y pistolas automáticas.
El móvil del ataque, señaló el informe policial, “pudo ser venganza de los pandilleros” en contra de los choferes que se niegan a pagar las extorsiones que estos les exigen a cambio de no agredirlos.
Segundo. Este es el segundo conductor de esa zona asesinado en esta semana, y el cuarto paro de labores realizado en menos de un mes para presionar al gobierno a que garantice la seguridad de los chóferes y usuarios del servicio.
En lo que va de 2007 han sido asesinados 62 choferes y ayudantes del transporte de pasajeros, con lo que se ha superado ya la cifra de 52 registrada el año pasado.
Más de 1.500 policías y soldados patrullan desde hace dos semanas unos 150 puntos considerados de alto riesgo en la capital y municipios aledaños.
Según fuentes empresariales, cada día son asaltados más de 200 autobuses urbanos y unos 1.000 son obligados por los pandilleros a pagar unos $15 por unidad para que puedan circular por sus zonas.
En Guatemala existen más de 60.000 jóvenes integrados en bandas denominadas “maras”.