
Túnez. AFP. El Gobierno tunecino de transición se reunió ayer para examinar la situación de seguridad y un eventual levantamiento del toque de queda, en momentos en que la ONU anunciaba un balance de 219 muertos durante la revuelta que hizo caer el régimen del presidente Zine El Abidine Ben Alí.
Doscientas diecinueve personas murieron y 510 fueron heridas en las cinco semanas de protestas y violencia, indicó en Túnez el jefe de la misión del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Bacre Ndiaye.
Ndiaye precisó que 147 personas murieron desde mediados de diciembre, a lo que hay que agregar 47 muertas en las prisiones.
“Según las cifras retenidas, hubo 147 personas muertas y 510 heridas. Esas cifras no incluyen las víctimas en las prisiones”, indicó, precisando que se trata de datos “provisorios” y que la ONU continúa sus investigaciones.
El balance anterior de la ONU, del 19 de enero, daba cuenta de “al menos 100 muertos”.
Primer encuentro. Por otra parte, el Gobierno de transición se reunió por vez primera desde su reorganización forzada el 27 de enero.
Desafiado en las calles durante cinco días por manifestantes que desacataban el toque de queda, el primer ministro Mohamed Ghanuchi logró mantenerse y formó un equipo que excluyó a los caciques del régimen del presidente Ben Alí, que huyó del país el 14 de enero.
Según una fuente gubernamental que pidió el anonimato, esa reunión tuvo por tema central la seguridad en el país, donde se registraron diversos disturbios.
Una sinagoga situada cerca de la ciudad de Gabes, en el sur de Túnez, fue incendiada el lunes por la noche por desconocidos, indicó Trabelsi Pérez, jefe de la comunidad judía de Djerba (500 km al sur de la capital).
En Kaserin, principal ciudad del centro del país, la subprefectura fue saqueada por cientos de jóvenes. Según fuentes sindicales de la región, la subprefectura, un liceo, un local asociativo y el consultorio de un médico fueron atacados, sin que las fuerzas de seguridad intervinieran.
Ayer, la situación seguía tensa, según habitantes contactados. Dos sindicalistas, Sadok Mahmudi y Bechir Harakati, indicaron que la policía estaba ausente, y que el ejército dispersó por la mañana un grupo de unos mil jóvenes.