Washington y otras procedencias Los servicios de inteligencia estadounidense no detectaron signos de vida en el submarino ruso Kursk , hundido en el fondo del Mar de Barents tras haber sido dañado el sábado por presuntas explosiones, informó ayer un funcionario de la inteligencia norteamericana.
El informante, que solicitó el anonimato, dijo que el espionaje estadounidense no tiene datos que permitan afirmar que los tripulantes del submarino Kursk se encuentren aún con vida.
Mientras tanto, Rusia expresó ayer que utiliza diversos equipos para tratar de liberar a la tripulación de su submarino nuclear atrapado en el fondo del mar de Barents.
Hasta ahora los rescatistas han tratado con cápsulas subacuáticas, pero las fuertes corrientes y la posición en que el Kursk yace en el lecho marino evitan que se pueda enganchar a la nave.
Tras repetidos fracasos de la pequeña cápsula Priz , cuya capacidad es de nueve personas, la marina empezó a usar ayer una cápsula mayor llamada Bester , de 50 toneladas, que puede llevar a 20 personas.
Rusia tiene también otro aparato llamado Kolokolchik, una versión sofisticada de las antiguas campanas de buceo. En teoría, los tripulantes del submarino podrían ponerse trajes de buceo para aguas profundas, salir por los tubos para torpedos o una compuerta, y entrar en la campana.
Sin evidencia
Según un alto funcionario de la inteligencia de Washington, "ciertamente tenemos esperanza de que haya sobrevivientes pero en este momento no tenemos ninguna evidencia independiente de que los haya", agregó.
"Ignoro si en algún momento detectamos señales de vida", agregó el responsable. "Ello no quiere decir que no los haya. No cabe duda de que los rusos están más cerca del submarino que nosotros", agregó.
La fuente precisó que Estados Unidos registró el sábado pasado dos explosiones en el Kursk.
"Aparentemente hubo una doble explosión seguida del descenso (del submarino) al fondo", señaló el responsable.
Según el cotidiano the Washington Post de ayer , por lo menos un buque estadounidense de superficie y dos submarinos vigilaban las maniobras navales rusas en el mar de Barents y probablemente grabaron la explosión que hizo hundir al Kursk.
Los socorristas que intentan en vano rescatar a la tripulación del submarino, tampoco captaron ayer alguna señal de vida.