Manila (Filipinas). La acusación logró ayer un gran triunfo en el proceso de destitución del presidente Joseph Estrada, al presentar un testigo que declaró que el mandatario abrió una cuenta secreta de diez millones de dólares y que falsificó la firma.
Clarisa Emerita Gray Ocampo, de 45 años y uno de los vicepresidentes del banco Equitable, aseguró, bajo juramento, que Estrada abrió una cuenta bancaria en su entidad con 500 millones de pesos (diez millones de dólares) el pasado 4 de febrero.
Indicó que el mandatario firmó los documentos bancarios de apertura con el nomb" del jefe del Estado cuando rellenaba el formulario.
Precisó que el papeleo tuvo lugar en el palacio de Malacañang, en Manila, y que en la misma habitación se encontraban Aprodicio Laquian, exdirector de personal de la casa presidencial; el abogado Manuel Curato, director del departamento jurídico de Equitable; y el letrado Fernando Chua.
Hasta hoy, el panel de once abogados acusadores no había conseguido más que una larga lista de personas que desfiló por el estrado para acusar directamente o para establecer la trama de cómo el mandatario supuestamente aceptó sobornos y ganó dinero con prácticas corruptas pero, sin embargo, no se aportó ninguna prueba material incriminatoria.
Esta fue, quizá, la sesión más intensa y, sin duda, la más larga de las doce celebradas en el Senado desde que comenzó el juicio de la moción de censura el 7 de diciembre.
La vista tuvo, aparte del "explosivo" testimonio de Ocampo, alicientes en el terreno jurídico y en el proceso democrático de Filipinas.
En el primer aspecto, la acusación acudía al presidente de la sala, Hilario Davide, también presidente del Tribunal Supremo, con una solicitud que incumplía los acuerdos establecidos para regular este proceso: una testigo "sorpresa" cuya vida era amenazada.