Semana mundial: Siamesas, nuevas heroínas

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Sobrevivir a una operación de 23 horas que separó sus cráneos convirtió en heroínas a las siamesas María Teresa y María de Jesús Quiej Álvarez, cuyo caso es visto por los guatemaltecos como un verdadero milagro.

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“Doy gracias a Dios por el milagro de mis hijas... aunque allá (en Estados Unidos) había mucha tecnología para la operación, hacía falta la mano de Dios y él puso su mano”, expresó Wenseslao Quiej, el padre de las niñas de 17 meses de edad, un campesino que se dedicaba a cortar y empacar bananos en fincas del sur de Guatemala, de donde es originario.

Su esposa y madre de las niñas, Alba Leticia Álvarez, trabajaba en oficios domésticos.

Tras la operación de las menores, el gobierno guatemalteco les donó una vivienda en la capital en aras de garantizar una mejor atención y calidad de vida para las Mariítas, como se les conoce cariñosamente en el país, por lo que tendrán que abandonar su pueblo.

Además, el Estado les ofreció ayuda económica mensual para la manutención de las siamesas, quienes permanecen bajo observación médica en un hospital capitalino.