El general croata Rahim Ademi se entregó ayer al Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya que lo acusa de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra cometidos contra los serbios en el llamado enclave de Medak, en 1993, confirmó un portavoz del Tribunal.
En concreto, se acusa a Ademi de asesinato, persecución y saqueo de propiedad durante ocho días en setiembre de 1993. La instrucción dice que se cometieron atrocidades luego de que el ejército croata firmó un cese de fuego con las fuerzas serbias.
"Confirmo que el general Ademi se entregó al Tribunal", declaró Jim Landale en la conferencia de prensa semanal del TPI en La Haya.
El militar llegó a las 9 a. m. al aeropuerto Amsterdam Schiphol, de Holanda, desde donde fue conducido al centro de detención del TPI en Scheveningen (afueras de La Haya).
Rahim Ademi, de 47 años, es el primer croata de Serbia encausado por el TPI por crímenes cometidos durante la guerra serbo-croata de 1991-1995.
Aparentemente su primera aparición ante la corte será el jueves en la tarde, declaró Landale.
Crímenes de guerra
Ademi fue inculpado de crímenes contra la humanidad y violaciones a las leyes y constumbres de la guerra (crímenes de guerra) por su papel durante el ataque a Medak, en la región de Gospic (Croacia), según el acta de acusación dado a conocer públicamente ayer.
"Voy voluntariamente a La Haya. Me siento completamente inocente. No ordené ningún crimen durante la guerra patriótica. Tuve en cuenta a los civiles y prisioneros de guerra. Voy a La Haya con la conciencia tranquila", había declarado el general antes de partir de Zagreb, en alusión a la guerra serbo-croata.
Se sospecha que el general participó en crímenes cometidos contra civiles serbios y en la destrucción de pueblos serbios durante una operación en Medak, en la región de Gospic (Croacia), en setiembre de 1993.
El general llegó vestido con su uniforme desde Zagreb, en un vuelo regular, acompañado por su esposa Anita y por sus dos hijas, además de su abogado, Cedo Prodanovic.
Por su parte, Prodanovic indicó que no podía decir sobre qué argumentos basaría la defensa de su cliente.
El general Ademi señaló que había sido presionado para pasar a la clandestinidad. "Rechacé esas presiones: no hay motivos para que me esconda, porque no soy culpable".