La cumbre de paz del Oriente Medio en Camp David entró ayer a una fase decisiva, luego que el presidente estadounidense, Bill Clinton, quien desea lograr un acuerdo para mañana, miércoles, calificó la negociación como la más difícil que ha visto.
"Dios mío, es duro. Es lo más difícil que haya visto jamás", manifestó Clinton en una entrevista telefónica con el periódico New York Daily News , realizada el domingo y publicada ayer, dos días antes de la fecha en que el mandatario tiene previsto viajar a Japón para asistir a una cumbre del Grupo de los Ocho (G-8).
Clinton, rompiendo la barrera de silencio que rodea las negociaciones, precisó: "Ha habido algún progreso, pero no puedo decir que sé que tendrán éxito".
"Estoy más optimista que cuando llegaron (el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente de la Autoridad Palestina, Yaser Arafat)... Es posible que lo logremos", declaró el mandatario en su entrevista, divulgada por la Casa Blanca.
Al preguntársele si viajará mañana a la cumbre del G-8 en Japón, Clinton respondió: "Eso espero. Voy a poner lo mejor de mi parte para lograr una solución rápida...".
Clinton retomó el viernes las riendas de la participación de Estados Unidos en la búsqueda de la paz y el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, afirmó en una breve conferencia de prensa ayer, en los jardines de la mansión presidencial, que el Presidente deseaba lograr un acuerdo de paz antes de viajar el miércoles por la mañana hacia Japón. "El plan es completar este proceso (de negociaciones) antes de que el presidente se marche", explicó Lockhart.
Lockhart describió las conversaciones como "avanzando con dificultad".
Un funcionario de la Autoridad Palestina acusó a los israelíes de endurecer sus posiciones y retroceder en concesiones que parecían haber aceptado en negociaciones previas.
La delegación palestina informó a Estados Unidos que deseaba marcharse de Camp David el miércoles por la noche, pero Israel dijo que Barak está dispuesto a permanecer hasta el viernes.