El presidente de la Unión Demócrata Cristiana alemana (CDU), Wolfgang Schaeuble, anunció ayer que abandonará el cargo en abril debido a su implicación en el peor escándalo político que haya vivido Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Schaeuble también anunció su renuncia como presidente del grupo parlamentario demócrata-cristiano, dado que el partido necesita nuevos líderes para superar la crisis provocada por el escándalo de los fondos secretos gestionados durante la presidencia del excanciller Helmut Kohl.
Kohl presidió la CDU de 1973 a 1998 y fue canciller alemán entre 1982 y 1998.
Habla claro
Schaeuble declaró en rueda de prensa que sin un cambio de dirección el partido "no puede superar la crisis". Sin embargo, el secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD, en el gobierno), Franz Muentefering, atacó a la CDU afirmando que con esta renuncia "no se aclara el escándalo".
"Mientras el escándalo de los fondos secretos no se haya explicado totalmente, la gente seguirá decepcionada en el CDU", afirmó Muentefering.
"El sistema Kohl sobrevivió al episodio Schaeuble", declaró por su parte el presidente del grupo parlamentario socialdemócrata, Peter Struck.
"El paso que Schaeuble tomó hoy (ayer) demuestra que perdió la batalla por el poder que lo enfrentaba a Helmut Kohl", añadió.
Schaeuble seguirá siendo presidente de la CDU hasta el congreso del partido en abril, en que renunciará a presentarse para su reelección.
Por su parte, el grupo parlamentario elegirá a un nuevo líder el próximo martes.
El vicepresidente del grupo parlamentario demócrata-cristiano, Friedrich Merz, sucederá probablemente a Schaeuble en la cámara baja.
La secretaria general nacional, Angela Merkel, y el primer ministro de la región de Sajonia, Kurt Bidenkopf, aparecen como posibles sucesores a la cabeza de la CDU.