Tora Bora. Los últimos incondicionales de Osama bin-Laden, atrincherados en las montañas de Tora Bora (este de Afganistán), estarían a punto de capitular, afirmaron ayer los comandantes afganos de la Alianza del Este, mientras circulan informaciones contradictorias sobre la presencia de su líder en esta inhóspita región.
El presidente estadounidense, George W. Bush, reiteró ayer que quería a bin-Laden "vivo o muerto" y consideró que el video difundido el jueves por el Pentágono que mostraba al extremista hablando de los atentados del 11 de setiembre durante una cena "era una prueba devastadora de su responsabilidad" en los hechos.
Por su parte, la prensa europea dijo ayer que el video sobre el papel de bin-Laden, es una prueba irrefutable de su culpabilidad.
Dura batalla
La batalla de Tora Bora, que libran desde hace diez días centenares de combatientes "árabes" de la red al-Qaeda de bin-Laden y muyaidines afganos respaldados por los bombarderos estadounidenses, está a punto de terminar, según los comandantes locales.
"Los miembros de al-Qaeda en Tora Bora están acabados", afirmó ayer el comandante Hazrat Ali.
Ali indicó a la prensa que un centenar de combatientes árabes están acorralados en una cima, que está siendo bombardeada por la aviación de Estados Unidos. "Ahora están rodeados por nuestras fuerzas", afirmó.
Al ser interrogado sobre la presencia de bin-Laden en las posiciones todavía controladas por al-Qaeda, el comandante Hazrat Ali fue vago.
Declaró que el líder islámico no se encontraba en la posición bombardeada ayer. "Se encuentra probablemente en otra posición", dijo.
La agencia de noticias Afghan Islamic Press, con sede en Pakistán, afirmó sin citar fuentes que bin-Laden salió de Tora Bora el 25 o 26 de noviembre hacia un destino desconocido.
Estados Unidos, que desplegó comandos de fuerzas especiales de refuerzo en Tora Bora, teme que el jefe de al-Qaeda haya podido pasar a Pakistán gracias a sus cómplices en las zonas tribales pastunes.
"Vi informes de fuentes consideradas seguras que, según unos, sugieren que todavía está en Afganistán y, según otros, sugieren que abandonó Afganistán", reconoció Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos, por primera vez desde que comenzaron las operaciones en Afganistán.
Washington ofreció una prima de $25 millones por la captura de bin-Laden, vivo o muerto, y de $10 millones por la de su protector, el molá Mohammad Omar, jefe supremo de los talibanes.
"No sé si lo atraparemos mañana, en un mes o en un año. De verdad que no lo sé, pero lo atraparemos", afirmó el viernes el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. "Muerto o vivo. Eso me da igual", añadió.