Washington. El País internacional. El expresidente de Iraq, Sadam Husein, mintió y permitió que la comunidad internacional creyera que tenía armas de destrucción masiva por miedo a un eventual ataque de Irán, país vecino con el que mantuvo una guerra entre 1980 y 1988.
En una serie de 25 entrevistas con el FBI, después de ser capturado en Iraq en diciembre del 2003, el dictador reveló que nunca había conocido al jefe del grupo terrorista al Qaeda, Osama Bin Laden, y que pensaba que era un “fanático”.
El Gobierno de Estados Unidos desclasificó estos documentos en virtud de la Ley de Libertad Informativa y después de una petición formal de la organización privada National Security Archive. “Aunque Husein dijo que Iraq no tenía armas de destrucción masiva, la amenaza de Irán fue la mayor razón por la que no permitió el regreso de inspectores de la ONU.
Ocultar debilidades. Husein declaró que le preocupaba más que Irán descubriera las debilidades y vulnerabilidades de Iraq que las repercusiones en Estados Unidos por su rechazo a permitir que los inspectores de la ONU regresaran a Iraq.
En su opinión, los inspectores de la ONU podrían haber señalado directamente a Irán dónde infligir un mayor daño a Iraq”, según revela el resumen de la transcripción de una conversación del agente del FBI George L. Piro, fechada el 11 de junio del 2004.
Las revelaciones de quien fuera el presidente de Iraq entre 1979 y el 2003 contradicen directamente muchos de los argumentos esgrimidos por el expresidente George Bush para invadir el país en el 2003. En sus conversaciones, Husein se esfuerza en negar categóricamente cualquier relación entre su Gobierno y los atentados terroristas contra Nueva York y Washington en el 2001.
Cuando el agente Piro le pregunta por qué no confiaba en al Qaeda, “ya que Iraq y Bin Laden tenían los mismos enemigos, Estados Unidos y Arabia Saudí”, Husein responde que “Estados Unidos no era el enemigo de Iraq”. El dictador derrocado, de hecho, se describe como un gobernante secular, y recuerda que su partido, el Bas, lo fundó un cristiano.
Las entrevistas reflejan su verdadero temor: el de un ataque por parte del Irán chiita de los ayatolás, a los que también califica de “fanáticos”. Tanto les temía, que se mostró dispuesto a negociar “un acuerdo de seguridad con Estados Unidos para lograr protección de las diversas amenazas en la zona”.
Bush atacó y derrocó a Husein en el 2003, con el apoyo del Congreso y citando el peligro inminente de unas armas de destrucción masiva que el tiempo demostró que no existían. “Husein dijo que EE. UU. usó los ataques del 11 de septiembre como una excusa para atacar a Iraq. EE. UU. había perdido la perspectiva de las causas del 11 de septiembre”, escribe el agente Piro.