
Moscú. AFP El presidente ruso, Dimitri Medvedev, confirmó ayer que su país renunció a entregar misiles S-300 a Irán, conforme a las sanciones contra Teherán que decretó el Consejo de Seguridad de la ONU.
Medvedev firmó un decreto, el cual fue publicado ayer en el sitio de Internet del Kremlin, que prohíbe la entrega a Teherán de misiles y otras armas, como tanques, aviones, helicópteros y barcos de guerra. También restringe la entrada a Rusia de jerarcas iraníes vinculados con el programa nuclear iraní.
El jefe de Estado Mayor ruso, Nicolai Makarov, indicó que Rusia renunció a su proyecto, acordado en el 2007 por ambos países, de entregar misiles S-300 a Irán.
En junio, Moscú congeló la entrega de este misil, después que la ONU adoptó la resolución 1929, impulsada por Estados Unidos y apoyada por Alemania, Francia y Gran Bretaña, para prohibir la venta de armamento pesado a Irán.
Las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos, sospechan que Irán quiere dotarse de armas atómicas con la excusa de desarrollar un programa nuclear civil. El gobierno iraní lo niega.