Las autoridades de la zona han advertido a más de 1.300 residentes de la ciudad y áreas aledañas que abandonen sus viviendas y se estima que cerca de 3.000 propiedades podrían verse afectadas por las inundaciones.
El caudaloso río ha crecido paulatinamente los últimos días por las abundantes lluvias caídas semanas atrás en su cabecera a un ritmo cercano a los 30 centímetros diarios, situación que no ocurría desde la década de los 30.
La crecida del Misisipi avanza inexorable a lo largo de los ocho estados que atraviesa, hasta desembocar en Nueva Orleans (Luisiana), ciudad situada 645 kilómetros de Memphis y donde el Cuerpo de Ingenieros del Ejército ya se ha movilizado para limitar en lo posible el desastre.
Ivette Baldizon, de asuntos hispanos del condado Shelby, localizado en las afueras de Memphis, dijo que en al menos tres de cuatro refugios que han sido habilitados en el condado han llegado más de 250 hispanos, que vivían en tres urbanizaciones de casas rodantes afectadas por los desbordamientos.
Zia Leal, del departamento editorial del periódico La Prensa Latina en Memphis, contó que la situación de los hispanos en los refugios “es difícil” y “la vigilancia de quien entra y sale es muy estricta”.
“Hay gente que lo ha perdido todo, que no pudieron sacar sus cosas. Cuando comenzaron a avisar de las inundaciones, no creyeron que pasaría mucho, pero ahora su situación es complicada, hay mucha depresión entre las familias”, contó Leal.
El alcalde de Memphis dijo que desastres como el huracán Katrina, que inundó partes de Nueva Orleáns y otras áreas en 2005, han mostrado que uno no puede dar avisos solo por televisión.
Por ello, los equipos de emergencias pasaron todo el domingo pasado tocando puerta por puerta en complejos de casas que se encuentran en lugares donde pasarán las aguas.