
Washington. AFP. La oposición de Estados Unidos y el propio desinterés del gobierno cubano se interponen en el camino de la posible readmisión de Cuba a la OEA, deseada por la mayor parte de los países latinoamericanos, indicaron analistas en Washington.
El regreso de Cuba, casi medio siglo después de su exclusión en 1962 por su sistema político, será un tema clave en la Asamblea General anual de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebrará del 2 al 3 de junio en San Pedro Sula (Honduras).
No obstante, expertos auguran poco avance mientras Estados Unidos insista en que para volver al sistema interamericano la isla comunista debe abrirse a la democracia y respetar libertades y derechos humanos.
“La mayoría de países latinoamericanos quieren que Cuba se reincorpore de inmediato y sin condiciones. EE. UU. (y quizá Canadá y otros) quieren que Cuba se abra y alcance los niveles democráticos de la OEA”, explicó Peter Hakim, presidente del centro de debates Diálogo Interamericano.
El gobierno de Barack Obama ha emitido gestos a Cuba, como elminar restricciones a viajes y envíos de remesas, reuniones informales en Washington y la oferta de discutir sobre migración.
Sin embargo, a pesar del “cambio de tono en el gobierno de Obama, el viejo conflicto entre Cuba y EE. UU. se mantiene. Cuba, mientras los hermanos Castro sigan en el poder, no cambiará y no veo cómo EE. UU. puede cambiar su postura sin perder prestigio”, dijo el analista Stephen Wilkinson.
Desinterés. El gobierno cubano ha mantenido su rechazo a la posibilidad de retornar a la OEA, entidad a la que considera desacreditada.
Incluso ayer, el diario oficial cubano Granma señaló que Cuba “nunca volverá al pestilente cadáver” de la OEA.
En una reunión de la OEA esta semana en Washington, previa a la asamblea general, Honduras y Nicaragua propusieron eliminar de inmediato la resolución que excluyó a Cuba. Pero Estados Unidos contraatacó pidiendo crear un grupo de trabajo que estudie las condiciones para la readmisión.
La propuesta sobre el grupo de trabajo le sirve a Estados Unidos para no mostrarse intransigente ante los pedidos de regreso de Cuba de los países latinoamericanos, al tiempo que emplaza al gobierno cubano a aclarar si va a cooperar con esa iniciativa.
“Hay muy poco de ganancia para Cuba si regresa a la OEA, ya que tiene buenas relaciones con casi todo el continente. En esas circunstancias, y dada la polarización en la OEA, ¿qué podría ganar?”, se preguntó John Kirk, profesor de la universidad Dalhousie en Canadá.
Ayer, mientras tanto grupo de trabajo al que la OEA encomendó buscar es propuesta consensuada para el retorno cubano mantuvo sus extensas sesiones en Washington, sin que por el momento haya un acercamiento de posturas.
Las posibilidades de que el grupo logre acuerdo se reducen aún más conforme pasan las horas pues las distintas delegaciones se tienen que trasladar a Honduras para la Asamblea.